Mercedes D’Alessandro pidió políticas públicas para reducir las asimetrías de género en el ámbito laboral

La economista  Mercedes D’Alessandro brindó una conferencia en Posadas en la que resaltó la necesidad de adoptar políticas públicas tendientes a reducir las asimetrías de género en el mundo laboral. Afirmó que tres cuartas partes de las tareas domésticas recaen en mujeres que –en promedio- dedican seis horas por día para completarlas. Argumentó que esa carga laboral no remunerada dificulta la inserción de las mujeres en ámbitos laborales y académicos. Planteó políticas públicas concretas, como jardines gratuitos en lugares de trabajo, cuidados gratuitos y extensión e igualdad en licencias de maternidad y paternidad.

Tras la publicación de su libro Economía Feminista, la posadeña Mercedes D’Alessandro se convirtió en la referencia más importante del país a la hora de abordar la economía desde la perspectiva de género. Uno de los ejes de su trabajo de investigación consiste en mostrar de qué manera incide el reparto desigual de las tareas domésticas en las posibilidades de desarrollo profesional de las mujeres.

Durante su ponencia titulada “Lo personal es político. Del trabajo doméstico a las políticas públicas” exhibió datos según los cuales más del 75 por ciento del trabajo doméstico no remunerado lo hacen las mujeres y que, en promedio, le dedican seis horas por día a esas tareas. “Eso implica que tienen seis horas menos que los hombres para trabajar, para estudiar, para divertirse”, resaltó.

Según la investigadora, esa carga inequitativa de las tareas domésticas dificulta a las mujeres desarrollarse en el universo profesional, lo que se traduce en cifras estadísticas que marcan que 70 por ciento de los pobres del mundo y solo el 11 por ciento de los ricos sean mujeres.

“El mundo se mueve gracias a la red de cuidado y tareas domesticas que realizan masivamente millones de mujeres. La mayor parte del trabajo doméstico no remunerado lo hacen mujeres y ese porcentaje no bajó con la introducción de la mujer al mundo del trabajo”, destacó.

La economista explicó que las mujeres que le dedican menos tiempo a las tareas domésticas son las que tienen mayores ingresos, pero lo consiguen al precio de resignar parte de sus ingresos a la contratación de personal doméstico “que suele ser otra mujer, generalmente contratada de manera precarizada y tiene que dejar a sus hijos al cuidado de un familiar que generalmente también es una mujer”, dijo.

“Al no poder conciliar esas tareas domesticas con el mercado laboral, muchas mujeres deben dejar de trabajar o tener trabajos en condiciones que no les permiten desarrollarse profesionalmente”, señaló D’Alessandro y para respaldar ese argumento mostró cifras que indican que cuando un hombre tiene más de un hijo, generalmente trabaja más, mientras que cuando una mujer tiene más de un hijo, trabaja un 15 por ciento menos.

Planteó además que, sabiendo de las responsabilidades que la sociedad le impone a la mujer en materia de trabajo doméstico y crianza de los hijos, los empleadores son más reticentes a tomar mujeres y que eso se traduce no solo en una mayor dificultad para encontrar empleo sino también en salarios más bajos para las mujeres. “La brecha es de 27 por ciento menos y en los trabajos precarizados aumenta a 40 por ciento”, señaló.

Planteó que la adopción de políticas públicas concretas, como jardines gratuitos en lugares de trabajo, sistemas de cuidados gratuitos para niños y ancianos y extensión e igualdad en licencias de maternidad y paternidad podrían ayudar a mitigar esas diferencias.

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