Homilía del obispo Martínez durante el viernes santo: “En la Cruz, el mal se encontró en un callejón sin salida”

Monseñor Juan Rubén Martínez celebró la misa en Santa Ana donde se refirió a los dolores y a los martirios de hoy. Hubo vía crucis en Loreto.

 

 

El viernes santo se vivió con una gran intensidad en la diócesis de Posadas, ya que se realizaron dos actividades muy significativas, primero el viacrucis en Loreto y después la celebración de la adoración de la cruz en el parque temático de la cruz en Santa Ana. Ambas estuvieron presididas por Monseñor Juan Rubén Martínez, el canciller de la diócesis el presbítero Sebastián Escalante y el delegado episcopal y coordinador de las actividades el presbítero Miguel Ángel Moura, además de los jóvenes del Seminario Diocesano Santo Cura de Ars.

El viacrucis viviente, con la participación de más de 60 personas como actores y con la participación de los fieles que se acercaron hasta la vía procesional que tiene 2500 y que se encuentra en las reducciones jesuíticas de Loreto en cercanía del santuario homónimo. El viacrucis fue preparado de manera especial por jóvenes y familias de la ciudad de Jardín América, que pertenecen a las comunidades de Exaltación de la cruz y Cristo Redentor.

Durante el viacrucis se revivió lo vivido por Jesús en la noche de la última cena, la oración en el huerto y el camino a la cruz, posterior pasión y muerte. Fue un momento muy fuerte, porque durante este camino rodeado de selva, se pudo vivenciar las oraciones y las meditaciones en silencio, acompañando a Jesús en el camino.

La segunda actividad, también con una simbología muy fuerte, fue la realizada en la capilla Exaltación de la Cruz, ubicada en el interior del Parque Temático de la Cruz de la localidad de Santa Ana. Recordemos que el viernes santo, día en el cual Jesús muere en la cruz, no se realizan misas, sino que se realizan celebraciones de adoración y de respeto a la cruz, mayor símbolo de amor y de la salvación.

Durante la celebración en Santa Ana, monseñor Juan Rubén Martínez, se refirió a los dolores y a los martirios de hoy, compartimos algunos fragmentos de la homilía: “La lectura de la pasión que compartimos, nos relatan de manera más elocuente la pasión, y la muerte del Señor, Dios hecho hombre, de aquel que se no se manifestó a través en el poder sino que por el contrario, Dios que quiso ser cercano, hacerse uno de nosotros, estar en medio nuestro.

Él es la palabra y nos enseña hasta el extremo lo que significa amar y dar la vida, asumió los sufrimientos y los dolores, caminó el camino de la pasión, que estamos celebrando en este viernes santo.

Tenemos la certeza, cuando celebramos esto de que la pascua del Señor, no es solamente el Señor que muere, sino que es el Señor que muere para resucitar, cumpliendo la voluntad del padre y lo que el padre quería.  Él murió y resucitó, esto está en nuestro corazón. Pero la celebración de la pascua no es sólo para que nosotros participemos desde afuera en esto, sino para que lo internalicemos. En estos días percibimos como tenemos que morir al hombre viejo, morir al dolor. No tenemos que dejar que el mal gane espacios.

En apariencias parece que el mal vence, sin embargo en la cruz el mal se encontró en un callejón sin salida, allí fue vencida. Ahí triunfó la vida.

Queremos pedir por nuestros sufrimientos, por los niños sin nacer, hoy ponemos a los pies de la cruz, tantos dolores de nuestros hermanos y hermanas, tantas situaciones donde hay martirios de cristianos, tanto dolor y sufrimiento en quienes no se pueden defender, en quienes no son escuchados, en quienes no tienen un trabajo digno.

Pidámosle al Señor que nos ayude internalizar la pascua, en nuestras familias y en nuestra sociedad. Para que podamos a él, anunciarlo con esperanza de la buena noticia de que Él que murió, resucitó. Pidámosle al Señor vivir con hondura el misterio de la fe.

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