La familia de la víctima sostuvo que había recibido amenazas, aunque no había hecho la denuncia.
Mientras que Yamila Nápoli la joven embarazada que fue baleada el domingo en la localidad bonaerense de Loma Hermosa sigue internada en «estado muy grave», pierde fuerza la hipótesis del robo y, en cambio, investigan amenazas que tanto ella como su pareja habrían recibido antes del ataque.
La pista de una posible venganza surgió a partir de la declaración de un cuñado de la mujer, quien afirmó que la pareja ya había sufrido intimidaciones y ataques previos aunque nunca lo habían denunciado a la policía.
En las últimas horas, además, se hicieron allanamientos en la villa La Tranquila en busca de un sospechoso señalado por varios testigos, conocido en el barrio con el apodo de «Sopa». Sin embargo, el hermano de la pareja de Nápoli se mostró escéptico sobre su posible participación en el hecho ya que, dijo, es conocido de su familia. «Es un conocido de toda la vida, hemos jugado miles de veces juntos en la infancia”, manifestó.
La mujer de 22 años recibió un disparo en el cuello el domingo poco después del mediodía, cuando junto a su novio se detuvo en un kiosco sobre la calle San Martín al 7900. Él bajó a comprar y fue entonces cuando sintió la detonación. El cuerpo de la joven había quedado tirado en la vereda al lado de su moto, que habían comprado pocos días atrás.
Desde entonces está internada en la terapia intensiva del hospital Bocalandro.
«Llegó en muy malas condiciones, la tuvieron que reanimar y una vez que la estabilizaron la pudieron subir al quirófano y la intervinieron. Fue una operación bastante difícil”, detalló a los medios Eduardo Picoroso, el director del centro asistencial. El médico advirtió que hay riesgo de pérdida del embarazo y también de la paciente.
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