EXPEDIENTES: el asesinato a sangre fría del maderero Oscar Griss, casi 20 años de misterio

Oscar Alberto Griss fue ejecutado de dos balazos por un experto tirador, que le acertó en el medio de la frente y debajo de la oreja izquierda. El maderero de 47 años cayó muerto en la entrada al garaje de su casa, sobre la arteria Juan José Paso, a menos de dos cuadras del acceso a Puerto Rico. Fue la noche del martes 29 de diciembre de 1998. Casi 20 años después, el asesinato mafioso sigue impune.

Por la muerte del empresario, que tenía un aserradero en la localidad y jamás se le conoció un problema con clientes o colegas, nunca hubo personas detenidas. Las pistas que se siguieron se fueron diluyendo y hasta la familia de la víctima ya casi perdió las esperanzas de que encuentren a quien jaló del gatillo y también a la persona que, según ella, ordenó el homicidio.

Griss tenía cuatro hijos, la mayor de las cuales, Karina, tenía 20 cuando sucedió todo. Ella motorizó marchas en reclamo de justicia y luchó para lograr el esclarecimiento durante años. Pero la falta de respuestas por parte de la Justicia (el juez de Instrucción Éctor Acosta tramitó el expediente) hicieron mella en su salud y la terminaron desanimando. Hoy Karina sólo cree que la Justicia divina podrá poner las cosas en su lugar.

Expedientes viajó a Puerto Rico y habló con Karina. Reconstruyó además los últimos momentos de Oscar, ese maderero trabajador, familiero al extremo, que cayó baleado en una emboscada en la que difícilmente haya participado una sola persona.

Los hijos de Griss sospecharon primero de alguien del propio entorno de Oscar. Pero con el paso del tiempo se aferraron a otra hipótesis: que su padre vio o se enteró algo que no debía y alguien (probablemente un conocido) decidió eliminarlo.

¿El crimen perfecto? El crimen perfecto no existe. De hecho, los asesinos dejaron huellas en lo de Griss. Pero esas huellas no coincidieron con ninguna de las que la Policía tiene en su banco de datos.

A casi dos décadas quién y por qué mataron a Griss sigue siendo un enigma.

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