Nutrición y Salud: ¿qué alimentos evitar si tienes cálculos en la vesícula?

La formación de cálculos biliares, comúnmente llamados “piedras en la vesícula”, es muy frecuente en los adultos de nuestra región, lo cual puede deberse a diversas causas, como ciertos factores nutricionales, entre los más comunes se encuentran la obesidad, dietas bajas en fibras, ayunos prolongados, grasas saturadas y dietas muy hipocalóricas (<800 kcal), realizadas con el afán de bajar de peso rápidamente.

Además, hay otros factores predisponentes como el sexo femenino, la edad, antecedentes familiares, factores étnicos, ciertos fármacos como fibratos, estrógenos y anticonceptivos o ciertas enfermedades y resecciones intestinales, que afectan la circulación entero hepática de sales biliares.

Cabe destacar, que la mayoría de las veces es asintomática, es decir el paciente no sabe que tiene cálculos porque no manifiesta síntomas hasta que por algún examen complementario lo descubre, o bien, comienza a tener sintomatología en etapas avanzadas. El tratamiento puede variar entre la intervención quirúrgica o fármacos acompañados de una alimentación especial.

 

Respecto a la alimentación los aspectos más importantes a tener en cuenta son:

  • Si hay sobrepeso u obesidad se debe reducir el peso a través de un plan alimentario adecuado a las necesidades de cada uno y actividad física regular.
  • Suspender la ingesta de alimentos grasos, de origen animal y vegetal: vísceras, carnes muy grasas, crema de leche, quesos grasos, helados de crema, lácteos enteros, dulce de leche, amasados de panadería, yema de huevo, manteca, margarina, palta y chocolate.
  • Las frutas y verduras se seleccionan teniendo en cuenta la concentración de ácidos orgánicos y se evitarán los formadores de gases: legumbres, crucíferas (repollo, brócoli, coliflor), cebolla, ajo, choclo, morrón, puerro, rabanitos, cítricos, sandía, manzana cruda, kiwi, frutilla, higo.
  • Evitar los frutos secos como almendras, nueces, maní, etc.
  • Evitar el consumo de gaseosas y bebidas alcohólicas, aumentando el consumo de agua.
  • Evitar mate cebado y café.
  • En cuanto a las formas de preparación de comidas: evitar frituras, salteados, gratinados.
  • Evitar el consumo de azúcar, miel, dulces, jugos concentrados.
  • Hacer 4 a 5 comidas diarias de poco volumen, evitando “grandes comidas” o el hábito de comer solo dos o tres veces al día.
  • Preferir carnes blancas (pollo, pescado), disminuyendo la frecuencia de consumo de carne vacuna (2 veces por semana).

Es importante aclarar que estas recomendaciones son generales para la patología, cada paciente es diferente y debe consultar siempre a un profesional acerca de su estado y, éste le dará las indicaciones precisas y adecuadas a sus necesidades y el tratamiento que sea más apropiado.

La idea de esta nota es informar sobre este problema que afecta a un gran número de personas en la actualidad y muchas veces no sabemos cómo manejar la alimentación y tendemos a eliminar alimentos innecesariamente o elegir otros aparentemente más sanos que pueden resultar perjudiciales.

Lic. Romina Krauss

M.P.n° 147

 

 

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