Una joven madre de 18 años de edad, quien supuestamente atraviesa por un periodo depresivo, asesinó de siete puñaladas a su bebé de siete meses.
El infanticidio se produjo en la ciudad de Quyquyhó, departamento de Paraguarí. Tras cometer el brutal crimen, la chica se escondió en la casa de un vecino. Justamente, fueron los lugareños los que auxiliaron a la criatura, pero esta lamentablemente murió camino a Asunción.
El terrible suceso ocurrió a las 11:00 aproximadamente en una modesta vivienda del barrio San Luis de la referida ciudad del noveno departamento.
La presunta infanticida fue identificada como Fermina Beatriz Valdez Barrios, de 18 años, quien vivía con su bebé de siete meses en el fondo de la precaria casa habitada perteneciente a su madre.
Según los datos recabados por los policías de la comisaría local, la joven madre atraviesa por un periodo depresivo e, incluso, tendría problemas mentales, de acuerdo con la versión de los familiares. Sin embargo, los agentes tampoco se animaron a certificar esta versión.
Los uniformados precisaron que varios vecinos escucharon llorar y gritar desesperadamente al bebé y en un momento dado vieron salir a la madre corriendo.
Ante esta situación, los propios vecinos acudieron a la casa y encontraron a la criatura ensangrentada y con siete heridas de puñal, en distintas partes del cuerpo.
El bebé aún estaba vivo en ese momento, por lo que fue trasladado inmediatamente al puesto de salud local y, de ahí, se dispuso el traslado urgente a Asunción.
Pero lamentablemente, ni bien salió de Quyquyhó el vehículo con el bebé herido, este falleció en poder de los paramédicos.
Entonces, optaron por llevar a la criatura al puesto de salud de Caapucú, a 35 kilómetros de Quyquyhó.
La Policía atrapó a la madre del bebé en la casa de un vecino, donde se había escondido. Los agentes dijeron que denotaba una actitud muy rara, parecida a la de una persona trastornada.
También se halló el arma homicida.
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