Se diagnosticó el primer caso importado de fiebre amarilla en el país: el paciente veraneó en Río de Janeiro

 

Las autoridades nacionales de Salud informaron que se registró en el país el primer caso de fiebre amarilla. Se trata de un hombre de 28 años que regresó de  Ilha Grande, Brasil y, luego de recibir atención en un centro privado porteño, se encuentra en buen estado de salud.

 

«Se notificó el primer caso de fiebre amarilla importado en la Argentina (con antecedente de viaje a Brasil)», comunicó el Ministerio de Salud de la Nación a través de su Boletín de Vigilancia Epidemiológica.

 

Según pudo conocer LA NACION, el paciente había visitado Ilha Grande, una isla del estado brasileño de Río de Janeiro, que integra la lista de áreas para la que rige la recomendación de vacunación.

 

Por su parte, el Ministerio de Salud porteño informó que el sábado pasado «se registró un caso positivo de fiebre amarilla importado en un residente de la ciudad de Buenos Aires. Tras las pruebas de laboratorio positivas, el paciente está en observación y evoluciona favorablemente».

 

Se indicó, además, que el paciente no estaba vacunado. Había viajado a Brasil en la primera quincena de este mes.

 

A mediados del mes pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) volvió a recomendar que las personas que viajen a Brasil se vacunen contra la fiebre amarilla por lo menos 10 días antes si es que ya no están vacunados. Lo hizo, como publicó, entonces, LA NACION, luego de que se detectara un aumento de la transmisión selvática del virus cada vez más próxima a centros urbanos muy poblados, como el Gran San Pablo.

 

La transmisión de la fiebre amarilla tiene dos ciclos: el selvático y el urbano. El primero es el que está ocurriendo -y preocupa- en Brasil. Produce brotes epidémicos en los monos (epizootias) de las áreas silvestres y son los mosquitos sabethes o haemagogus los que transmiten el virus entre los monos y al ser humano sin vacunar. Por eso, la indicación de la protección también incluye medidas de prevención de las picaduras de mosquitos.

 

Si una persona infectada viaja a un área metropolitana con presencia del mosquito Aedes aegypti, podría comenzar el ciclo de transmisión urbana. El dengue, el zika y la fiebre chikungunya comparten vector con la fiebre amarilla.

 

En el país ya se estudiaron más de 160 pacientes con sospecha de una infección por el virus de la fiebre amarilla, con resultados negativos en todos esos casos. El Ministerio de Salud porteño notificó al sistema nacional de vigilancia epidemiológica el primer caso importado positivo.

 

También se analizaron cuatro monos en el laboratorio nacional de referencia para la infección, en la ciudad de Pergamino, y se descartó la enfermedad. Los animales provenían de Formosa, Jujuy, Misiones y Corrientes, que son las dos provincias más vulnerables en el país al ingreso de la enfermedad desde Brasil.

 

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en las primeras cuatro semanas de este año «se observó un aumento exponencial del número de casos confirmados de fiebre amarilla y los casos reportados en los estados de San Pablo y Río de Janeiro sobrepasan significativamente lo notificado en el periodo estacional anterior, 2016/2017, con casos registrándose en áreas cercanas a las grandes ciudades».

 

Entre el 1 de julio de 2017 y el jueves pasado, se confirmaron en el país vecino 409 casos humanos con 118 muertos principalmente en los estados de San Pablo, Minas Gerais, Río de Janeiro y el distrito federal, valores inferiores a los del mismo período del año anterior (532 casos y 166 muertos).

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