Números ingratos y luces de  alerta en el horizonte económico

 A pesar del optimismo que pretende transmitir el Gobierno nacional, los números de la economía no lo acompañan. Inflación, dólar, tarifas, salarios, son el dolor de cabeza de un equipo económico pluricéfalo. Esta pluralidad de opiniones no es bien vista por la mayoría de los economistas y analistas económicos. Consideran estos economistas, muchos de ellos cercanos a Cambiemos, que debe haber un “plan económico” y “un” ministro de economía que lo lleve adelante.

Es sabido y quedó demostrado el 28 de diciembre de 2017, cuando se anunció el replanteo de las metas de inflación para el año en curso del 11 por ciento al 15 por ciento, que el manejo de la economía tiene cuatro caras visibles.

Marcos Peña, desde la Jefatura de Gabinete, Luis Caputo desde el Ministerio de Finanzas, Nicolás Dujovne en el Ministerio Hacienda y Federico Stutzenneger desde el Banco Central, en este orden, sin olvidarnos de Juan José Aranguren en el Ministerio de Energía que toma decisiones que impactan de lleno en los guarismos al cierre de cada mes.

Es que Marcos Peña que no tiene título académico en Economía, sí en Ciencias Políticas, es quien lleva la voz cantante en los lineamientos que debe llevar la economía doméstica y quedó ratificado en la última reunión de gabinete ampliado de Chapaldmalal, donde la bajada de línea fue precisamente esa, todos responden a Jefatura de Gabinete.

En este escenario, las proyecciones de las consultoras no son coincidentes con los números que proyecta el Gobierno nacional y advierten que va a ser muy difícil alcanzar las metas propuestas, por lo ya explicado en otras notas de la retroalimentación de las variables mencionadas.

Aumento de combustibles y tarifas, dólar que ya superó los 20 pesos y no volverá para atrás lo que termina impactando en los precios, empujándolos hacia arriba, y estos en las mediciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) más conocido popularmente como inflación.

Siguiendo los lineamientos de Chapaldmalal, el ministro Dujovne, salió el lunes en una entrevista radial a remarcar el discurso del optimismo, sin ningún argumento más sólido que el “sí se puede” o “lo vamos a lograr”, aunque dejó una frase de colección.

Aseguró Dujovne que “la inflación va a ir bajando a niveles muchos más bajos que los actuales”, de lo que uno intuye que desde la lógica y las teorías de Isaac Newton, algo que va bajando estará indefectiblemente, en algún momento, en niveles más bajos.

Lo que no explicó el ministro, es que esta no es la primera vez que asegura que la inflación está controlada y que irá bajando, aseveración que los números y la realidad lo han ido desmentido sistemáticamente y los valores de los dos primeros meses del año, van por el mismo camino.

Por lo pronto, el tipo de cambio que volvió a superar los 20 pesos y el martes rozó los 20,30 pesos y al cierre en 20,17 coincidiendo con el segundo día de paro bancario y en vísperas de la movilización de la familia Moyano en defensa propia.

Entre paros del gremio bancario, feriados de carnaval, y la marcha de la familia Moyano, este mes de febrero será mucho más corto y conflictivo de los 28 días tradicionales y tranquilos a los que nos tiene acostumbrados. Generalmente enero y febrero suelen ser meses en los que priman las vacaciones y decrecen los conflictos, no fue así ahora.

El jueves, de uno y otro lado del mostrador se hablará indefectiblemente de la “multitudinareidad” (neologismo que uno se permite usar en la era de la posverdad y los eufemismos) de la marcha, unos dirán que fue multitudinaria y desbordante y otros que no fue para tanto.

Más allá de lo que ocurra el miércoles en la marcha y el jueves con los análisis y versiones que llenarán los espacios de los medios sobre cantidad de manifestantes, presencias y ausencias y, contenido de los discursos, no hay indicios que nos hagan prever algún cambio en el rumbo del Gobierno.

Desde el acto de la CGT de marzo del año pasado, el paro convocado en abril y las movilizaciones y movidas sindicales de agosto, noviembre y diciembre de 2017 no hicieron mella en el rumbo económico y la decisión del Gobierno nacional de las modificaciones que está dispuesto a llevar adelante, a como dé lugar, aunque los números hasta hoy no lo acompañen.

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