Huérfano, psicótico y armado: el perfil del joven que asesinó a 17 de sus excompañeros en Florida

Estados Unidos ha vivido este miércoles 14 de febrero, día de San Valentín, la última pesadilla de su imparable cadena de masacres con armas de fuego.

En la tranquila localidad de Parkland, Florida, un exalumno expulsado por indisciplina abrió fuego en una escuela secundaria dejando al menos 17 muertos y 15 heridos, según ha informado la policía local.

La masacre supera a la de Columbine (1999) donde hubo 15 muertos incluyendo a los dos tiradores adolescentes, estudiantes del centro.

El responsable de la masacre es el joven Nikolas Cruz, de 19 años y expulsado del Stoneman Douglas hace un año. Fuentes del Pentágono citadas por la agencia France Presse han asegurado que había emprendido un programa de entrenamiento militar junior.

El atacante disparó dentro y fuera del instituto –donde inició su matanza– con un rifle AR-15 e iba preparado con numerosos cargadores. Según el senador Bill Nelson, Cruz accionó la alarma de incendios y, tapado con una mascarilla, fue lanzando bombas de humo y acribillando a la gente que se iba encontrando en medio de la neblina que provocó. Posteriormente, salió del instituto camuflado entre los alumnos que huían del tiroteo.

«Pensamos que era un simulacro de incendio, dejamos de tocar y salimos al pasillo. Pero inmediatamente nos gritaron que nos metiéramos dentro del salón otra vez. Entonces creímos que era un simulacro de tiroteo. Otros alumnos entraron. Éramos unos 70, todos recogidos hacia el final del aula. Estuvimos unos 20 minutos allí parados pensando todavía que era un simulacro. Hasta que un compañero nos enseñó su teléfono y vimos que estaban matando gente en la escuela. Ahí empezaron los gritos», aseguró un testigo.

Inmediatamente después del tiroteo la escuela activó su código rojo de emergencia y multitud de agentes locales y federales llegaron al lugar. La persecución al tirador duró más de una hora.
Nikolas Cruz, retrato de un joven listo para matar

¿Quién era? Un muchacho de 19 años, miembro de una organización supremacista, que fue expulsado de la secundaria de Parkland. Cruz, depresivo sin tratamiento, tenía fama de ser una granada lista para reventar.

Tanto le temían que le llegaron a prohibir la entrada con mochila y en 2017 fue expulsado por indisciplina y sus amenazas a otros alumnos. Sus compañeros lo recuerdan portando armas, sin reparos en mostrarlas, y que una vez, en un arranque violento, destrozó a patadas una ventana del colegio.

Apartado de los demás, callado y respetuoso dentro del aula, con «problemas con algunas chicas», según un profesor, cultivó un perfil de adorador de las armas.

En sus redes sociales publicó contenidos «muy, muy inquietantes», ha afirmado la policía.

Eran frases como: «Quiero matar gente con mi AR-15 [el fusil de asalto que a la postre usó en la escuela]. Auténticas amenazas que llevaron a un usuario de YouTube a alertar en septiembre al FBI, que realizó pesquisas sin resultados concluyentes.

Cruz, huérfano y cuyos padres adoptivos había muerto, también había colgado retratos suyos con pistolas y con la cara cubierta y empuñando cuchillos, o de una cama deshecha sobre la que aparecían tendidas varias armas largas y un chaleco antibalas.

El AR-15 lo había adquirido de forma legal gracias a la permisividad de Florida con las armas. Y aún más: había emprendido un programa de entrenamiento militar para jóvenes, cosechando óptimas calificaciones.

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