La versión del endoscopista: qué le pasó a Débora y por qué no hay registros

El médico que atendió a Pérez Volpin contrató a un abogado para defenderse. Qué dijo sobre lo que sucedió en el estudio que le costó la vida a la periodista.

La periodista y diputada de 50 años se había internado el lunes en el Sanatorio de La Trinidad y falleció el martes mientras le realizaban una endoscopía. La Justicia investiga lo que sucedió bajo la carátula “homicidio culposo” y el médico que le practicó el estudio dio su versión de los hechos.

 

“Mi representado hizo la endoscopía en el marco de una guardia. Débora tenía previsto el procedimiento para días posteriores (en efecto se lo iba a realizar el miércoles en la clínica gastroenterológica Gedyt), pero después entró a la clínica con un dolor agudo”, precisó Isaac Roberto Churba, abogado del médico.

 

El endoscopista que atendió a Pérez Volpin se llama Diego Bialolenkier. Desde que se conoció la muerte de la periodista, borró todos sus perfiles de las redes sociales y no regresó al sanatorio. “Está absolutamente angustiado. Le costó 48 horas salir del estado de shock en el que estaba”, explicó el abogado.

El médico

 

“Tiene 36 años y una basta experiencia, con más de 1.500 intervenciones hechas en el marco de la misma Trinidad. Es un médico absolutamente capacitado y reconocido. No es un principiante”, sumó el letrado.

Balolenkier era el “endoscopista de guardia” y fue el encargado del procedimiento en el que murió la periodista. Los resultados iniciales de la autopsia advirtieron, según el abogado de la familia de Pérez Volpin, desgarros y perforaciones en el esófago y estómago; lo que centró de inmediato la investigación en qué fue lo que sucedió durante el procedimiento.

El juez de la causa, Gabriel Ghirlanda, ordenó de inmediato un primer allanamiento en la clínica. Se secuestraron tres papeles importantes: el libro de enfermería, la hoja de guardia y la historia clínica de la paciente. Pero no obtuvo lo que quería: el video del estudio. Un día después, volvió a enviar efectivos a La Trinidad.

Sólo pudieron secuestrar el endoscopio con el que se realizó, el CPU de la computadora utilizada y dos sondas. Además, se extrajo la información digital e impresa del resonador magnético y tomografía, información del equipo anestésico y los estudios que se había realizado la periodista, entre ellos un análisis de sangre y electrocardiogramas.

“No se filmó y no se alcanzó a tomar fotografías, porque en un determinado momento la paciente empezó a descompensarse y no hubo tiempo”, precisó el abogado, y sumó: “Recién cuando llega el momento de empezar a distender el órgano, le alertan la descompensasión de la paciente y él se retira, incluso sin tomar fotos”.

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