Vacaciones en Brasil: todo lo que tenés que saber para evitar al Bicho do Pé

En la playa, en los suelos de arena o tierra, siempre a la sombra, el bicho do pé está listo para abordar al próximo turista.

Pique, pulga de mar o bicho do pé son algunos de los nombres populares para referirse a la Tunga penetrans, una pulga americana milimétrica que suele atormentar a los turistas que visitan el norte de Brasil.

El macho lo hace para comer y seguir viaje. La hembra para dar a luz a su parentela. Ella penetra la piel desnuda y anida cómodamente, parasitando al gentil viajero que, caipiriña en mano, le sirve de anfitrión, alimentándola con su propia sangre (la pulga es hematófaga o chupasangre, que es lo mismo).

El síntoma: un pequeño punto negro en algún dedo del pie, en la planta o en el talón, pero también en codos o rodillas, e incluso glúteos, con una aureola blanca y un círculo rojo alrededor de la misma, que pica mucho.

El diagnóstico: tungiasis provocada por la vieja y conocida pulga de mar, endémica de Brasil, México y el Caribe, y algunas zonas de África.

Una pulga colonialista

Se trata de la misma pulga que le ocasionó grandes dolores de cabeza, mejor dicho de pies, a la tripulación de Cristóbal Colón en 1492, cuando desde las playas de Haití colonizó los dedos de la marinería española que desembarcó de la carabela Santa María.

Casi un siglo después fue descripta en Brasil por el naturalista portugués Gabriel Soarez de Souza, en 1582. Se cree que esta pequeñísima pulga americana que puede saltar en alto hasta 35 centímetros conquistó otros continentes cuando abordó, nadie sabe bien cómo, el barco inglés Thomas Mitchell, en 1873, que zarpó desde Brasil hacia un puerto de Angola, y desde allí se difundió por todas las colonias británicas de África y la India, convirtiéndose en una verdadera pulga colonialista, azotando los indefensos pies de los turistas de todo el mundo.

Aunque tiene varios nombres para identificarla, esta pulga milimétrica se llama científicamente Tunga penetrans
Aunque tiene varios nombres para identificarla, esta pulga milimétrica se llama científicamente Tunga penetrans

Si seguís leyendo esta nota ahora, lo más probable es que te empiecen a picar los pies

«Es una patología que puede observarse en personas que viajan a determinados lugares con suelo arenoso y seco en las regiones tropicales o subtropicales de América y también de otros continentes.

La pulga también puede encontrarse en el suelo de corrales o establos y por eso también afecta a personas que viven o trabajan en el medio rural», cuenta la doctora Susana Lloveras, jefa de la Sección Zoopatología Médica del Hospital F. J. Muñiz y miembro del Centro Municipal de Medicina del Viajero de la Ciudad de Buenos Aires.

«Si frecuentás el norte de Brasil y no conocés al bicho do pé es porque nunca saliste de un all inclusive», lanza Santiago Abad, argentino que vacaciona en Natal desde hace veinte años y hospedó a la pulga de mar en sus pies al menos tres veces.

«Los locales saben sacarla con la punta de la tenaza de un cangrejo, pero es mejor con el filo de una aguja hipodérmica. Hacen un corte alrededor de donde duele, cuidando de no romper al bicho. Una vez que sacás la pulga, te queman con un cigarrillo por si quedó algún huevo. Después de eso cicatriza enseguida».

Los especialistas desaconsejan la extracción casera, como el doctor Jorge Heukelbach, miembro de la escuela de Medicina de la Universidad Federal de Ceará, Brasil: «La pulga debe extraerse tan pronto como sea posible para evitar infecciones secundarias. No es una tarea fácil, requiere una mano hábil y una buena vista».

El doctor Heukelbach, que ha publicado sus estudios sobre el bicho do pé en la revista del Instituto de Medicina Tropical de San Pablo relevó que más de la mitad de los perros, los gatos y las ratas de Fortaleza están infectados con esta pulga, y que por eso es tan difícil combatirla. La ausencia de servicios públicos básicos como saneamiento y recolección de residuos ayudan a que este parásito artrópodo prolifere.

Cómo se cura y cuál es la mejor manera de evitarlo

«El tratamiento consiste en extirpar asépticamente la pulga con una lanceta o bisturí tratando de extraerla en su totalidad, y desinfectar con antisépticos. No hay que hacer curas caseras. Es necesario tener actualizada la profilaxis antitetánica o administrarla si no se está al día con el esquema de vacunación.

De acuerdo al procedimiento realizado y al tipo de lesión, el médico determinará si es necesario o no la administración de antibióticos», aconseja la doctora Lloveras. ¿Y cuáles son las estrategias de prevención que usted recomienda para evitar la tungiasis?, le preguntó LA NACION.

«Los seres humanos se infectan por el contacto de la piel desnuda con el suelo, por lo cual las lesiones suelen estar en los pies, en los espacios interdigitales, en el surco subungueal (debajo de la unión entra la uña y el dedo) o en las plantas de los pies. Esto provoca una lesión inflamatoria nodular en la que se observa generalmente un punto central oscuro. La forma de prevención es no caminar descalzo y hacerlo preferentemente con zapatillas o calzado cerrado, en áreas donde es posible que se encuentre la pulga de arena».

Fuera bicho (geográfico)

Como especialista en medicina del viajero y jefe de la Sección Zoopatología del Muñiz, la doctora Lloveras trata con frecuencia otra dolencia que suelen traer los turistas que visitan el norte de Brasil: el bicho geográfico o larva migrante cutánea. «Es una parasitosis que puede adquirirse en áreas tropicales y subtropicales, muy frecuente en viajeros que proceden de Brasil y de otras regiones tropicales de América. La Larva migrans cutánea se desarrolla en la piel humana tras el contacto con larvas de ciertos nematodos que parasitan animales.

 

El parásito más comúnmente implicado es el Ancylostoma braziliense (perros, gatos y felinos) aunque también se han observado otros como A. caninum (perros, en América). Las zonas del cuerpo más afectadas son las que se ponen en contacto con el suelo. Una vez que penetró en la piel aparece en este lugar una pápula eritematosa y muy pruriginosa (pica mucho). Empiezan a migrar de inmediato, desplazándose a razón de unos 2 cm aproximadamente por día por debajo de la piel. El túnel se traduce en una lesión lineal de color rojizo claro en un principio y más oscuro después.

El tratamiento oral se realiza con diversos fármacos antiparasitarios, que debe prescribir el médico, vacuna y antibiótico, igual que la tungiasis. Las medidas preventivas consisten en el empleo de calzado y ropa que impidan el contacto con el suelo».

(La Nación)

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