La «narcoescuela» de Candelaria, una historia que llegó hasta los noticieros nacionales

Se trata del Instituto Crisol Universal, que en 2013 -tan sólo cinco años después de su inauguración- quedó en el ojo de la tormenta luego que sus directivos cayeran como parte de una banda que usaba las ganancias del narcotráfico para invertir en propiedades. Hoy el establecimiento está en manos de la Iglesia.

El Instituto Crisol Universal de la localidad de Candelaria se inauguró, con mucha velocidad, en 2008. Tan sólo cinco años después, en 2013, hubo una bisagra en su historia: la Justicia condenó a una banda, en la que estaba su directora, que usaba las ganancias del narcotráfico para invertir en propiedades, entre ellas, ese edificio.

Esa historia llegó hasta el equipo del noticiero de Canal 13, Telenoche, que viajó hasta la antigua capital provincial para reconstruir la trama de la «narcoescuela», que ahora está en manos de la Iglesia.

«Quienes empezaron todo fueron los integrantes de la organización delictiva que construyó la escuela. Posteriormente a eso, lavó dinero en una whiskería, invirtió en un motel de la zona y en otros inmuebles que formaron parte de esta operación. Se dedicaban al narcotráfico, a la trata de personas y al contrabando. Operaban en toda la región con epicentro en Paso de los Libres, pero también tenían actividad en Paraguay, Brasil y Chile», detalló a Rodrigo Alegre el coordinador de la Agencia Regional Litoral de la Unidad de Información Financiera, Gustavo Abrazian.

El líder de la banda era Pedro Norberto Sánchez, conocido por haber sido uno de los que asaltó en 1999 al Banco Bisel. Junto a varios cómplices, el hombre empezó a invertir cada vez más en «emprendimientos». «Su primera esposa era dueña de la escuela y su segunda esposa regenteaba un prostíbulo. Tenían hasta una estancia que funcionaba como un aguantadero para alojar a las mujeres explotadas», agregó Abrazian.

Aubria Galeano, la primera esposa de Sánchez, era la directora de la escuela. De ella sólo quedan dos fotos aún en la escuela, que pasó de llamarse Crisol Universal y estar manejada por narcos a rebautizarse como Nuestra Señora de la Candelaria y ser administrada por el Obispado de la región.

Según recordó el portal online de TN, en ese entonces, la Justicia condenó a Sánchez y seis cómplices por los delitos de narcotráfico y lavado de activos. Durante la investigación se embargaron 22 inmuebles, entre los que estaban el colegio y la estancia. Además, 84 vehículos, una embarcación, decenas de títulos al portador y armas de fuego.

Bien equipada y con decenas de aulas, la escuela hoy alberga a 400 estudiantes, el 20 por ciento de los alumnos que hay en la localidad. Los trabajadores de la institución y los padres de los chicos no la pasaron bien. La escuela empezó a ser señalada por el financiamiento narco que tuvo y varios empezaron a recibir cargadas de chicos de otras instituciones. Así lo explica Alberto Pereyra, el encargado: «Manejaban un gran capital. Lo construyeron en poco tiempo. Hubo padres que apoyaron a los docentes y otros que sacaron a sus hijos porque otros los catalogaron como ‘chicos narcos'».

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