Abel Pintos fue la figura en la apertura del Festival de Cosquín

Abel Pintos fue la figura principal en la apertura de la 58° edición del Festival de Cosquín ante una multitud que se concentró en la Plaza Próspero Molina, al cumplirse 20 años de su debut aquí, mientras que al comienzo del encuentro, Jairo y Baglietto ofrecieron un impactante concierto, Peteco Carabajal presentó Riendas Libres y Opus Cuatro celebró sus 50 años con la música.

La agrupación que integran Federico Galiana, Hernando Irahola, Simón Fahey y Andrés Bugallo abrió el festival a las 22:11 con las estrofas del Himno Nacional Argentino y los integrantes del Ballet Camin danzaron «La Jota del Nuevo Amor», con la dirección de Rodolfo Uez.

Después de los fuegos artificiales que iluminaron la noche coscoína, Jairo y Juan Carlos Baglietto comenzaron su espectáculo con el tema «Cuando», de Jorge Fandermole, recibiendo la primera ovación y emocionado por un concierto sin fisuras.

Al término del primer tema Baglietto reiteró: «Venimos a dar por tierra con aquella vieja cuestión de que los rosarinos y los cordobeses no nos entendemos».

El show prosiguió con «Hispano», «Carpintería José», que generó una nueva covación y continuó con «Palabras para Julia», «Milonga del trovador», de Piazzolla y Ferrer, y «Tonada del viejo amor», de Dávalos y Falú.

La dupla fue secundada por Adrián Charras (teclados y acordeón), Leonardo Introini (Bajo eléctrico y contrabajo) y Yaco González, hijo de Jairo (batería y percusión) y remató su set con «Piedra y camino», «Ferroviario» y una conmovedora y estentórea interpretación de «El témpano» acompañada por el público coreando la letra.

A su turno, Opus Cuatro abrió con «Puente Carretero» y la participación especial de Peteco Carabajal brindó una brillante versión de «Oración del remanso». Con los históricos integrantes de la agrupación creada en 1968 en la ciudad de la Plata (el barítono, Lino Bugallo y los tenores Aníbal Bresco y Alberto Hassan) cantaron «Chayita del vidalero» y «Todo cambia».

Para clausurar una actuación que Galiana aseguró a Télam «no nos vamos a olvidar nunca», Opus 4 eligió «Todo el mundo a bailar» y «Alfonsina y el mar».

Otro momento importante de la noche fue cuando el Dúo Chechelos (Ramiro Zárate Gigli y Mauro Sarachian) que fue «Revelación» del año pasado, invitó a Rubén Patagonia a interpretar el loncomeo «Un mensaje en el viento» como prólogo a un repertorio basado en su disco «Instinto» y nuevos temas.

El siempre innovador Carabajal presentó Riendas Libres, grupo que comparte con su hijo Homero (guitarra, voz y composiciones) y Martina Ulrich (percusión y batería) hermana de Homero e hija de Claudia Cárpena.

El resultado de esta unidad familiar fue el flamante disco titulado «El amor como bandera» que dominó la actuación a partir de canciones como la que denomina la placa, «Las gracias al vacío», «Chacarera del tiempo» y «Bautismo de carnaval».

Al espectáculo se sumaron los danzarines Jesús y Yago Saavedra y su madre Sandra Farías añadió los clásicos «Puente carretero» (donde incursionó «El bailarín de los montes» Juan Saavedra), «Entre a mi pago sin golpear» y «Digo la mazamorra».

A la 1.29 Abel Pintos apareció en el escenario ante la euforia de sus fans (denominadas las «abeleras») que fueron amplia mayoría en la Plaza Próspero Molina.

Inició su espectáculo celebrando sus 20 años en el Festival (gracias a una invitación de León Gieco a quien le dedicó el show) cantando «Fuego de Anymana», estalló en llanto y entonó «La flor azul» como prólogo a una seguidilla de himnos folclóricos.

«Cuando llegue al alba», » Para cantar he nacido», «Tonada de un viejo amor», «Ojos de cielo», «El alcatraz», «Luna llena», «Sueño dorado», todos incluidos en sus dos primeros discos: «Para cantar he nacido» y » Todos los días un poco», de 1997 y 1999 respectivamente.

En la segunda parte del recital ya transitó los temas de sus últimas producciones: «Único» y «11» donde piezas como «Alelí», «Tu voz», «Quién pudiera», «Todo está en vos», «No me olvides», «Revolución», «Aquí te espero» y «De sólo vivir», que fueron cantadas a viva voz por la platea.

Abel, en medio de un griterío que llegaba al paroxismo, cerró su performance de más de una hora y media con «Como te extraño» y «Oncemil».

Tras la emotiva actuación, Abel le bajó al tono a su impresionante presente y dijo a Télam: «Yo no podría decir que soy el artista más convocante de folclore porque yo no hago pura y exclusivamente folclore y eso es una realidad».

En la misma cuerda concluyó que «me siento muy bien, esté en el número del ranking de quien sea, pero al menos yo no mido las cosas de ese modo y por lo tanto no puedo adoptar un rol semejante».

La comisión organizadora del festival informó esta madrugada que el número de entradas vendidas en el inicio de la fiesta folclórica, que se extenderá hasta el domingo próximo, fue de 8.791 localidades.

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