Francisco al otro lado de la Cordillera

Ha transcurrido menos de dos días de Francisco al otro lado de la cordillera y por sus dichos y silencios ha generado una polémica en medios locales y chilenos que hasta hace no coincidir la cantidad de público asistente en cada ceremonia.

Su peregrinar por Chile y Perú es el preludio de una gira por complejos países de diversos continentes durante el presente año. “Ir vestido de cura por muchos lados, se está pagando caro” indicó.

En los primeros meses de su papado, plasmó un consejo de cardenales asesores de gran heterogeneidad de continentes, hace pocos meses, su director de prensa Burke comunicó que dichos cardenales están analizando “la posibilidad de transferir algunos poderes de los dicasterios romanos a los obispos locales o a las conferencias episcopales, con un espíritu de descentralización saludable”.

Fue en la Jornada mundial de la juventud del año 2013 en Rio de Janeiro donde además de indicar a la juventud a “hacer lío”; les recordó a los sacerdotes su no categoría de príncipes y su obligación de salir a la calle, pues la iglesia no es una ONG. A lo largo de su mandato, fué corrigiendo aberrantes conductas sociales y económicas de encumbrados religiosos y nombró gran cantidad de obispos auxiliares en cada país, así como cardenales electores y no. Ayer, en su encuentro con los obispos en la sacristía de la catedral, les recordó que los laicos no son sus peones, ni empleados.

En países productores de armas habló del dinero manchado con sangre y de la usura internacional que “lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia”.

El actual papa genera un freno a los grandes intereses que trascienden fronteras sin evaluar los costos al ser humano y al planeta. Difícil resultará que la clase política, dirigentes y medios de comunicación aceleren los tiempos de la iglesia por más que resalten y quiten de contexto dichos de laicos y religiosos. Aún más, que no sesguen intencionadamente sus mensajes y los evalúen en los tiempos correctos de una ancestral diplomacia vaticana.

Francisco mencionó las bienaventuranzas como el horizonte hacia el cual somos invitados y desafiados a caminar, lejos de una “palabrería barata”, de actitudes pasivas frente a la realidad,  de adormecemos en un consumismo tranquilizante (Evangelii gaudium, 2), y de espejismos que nos prometen la felicidad en un abrir y cerrar de ojos.

Rememoró las palabras de un gran pastor “Si quieres la paz, trabaja por la justicia”, reviviéndonos su dicho: “La verdad es una compañera inseparable de la justicia y de la misericordia, las tres juntas son esenciales para construir la paz”.

Dirigentes y ciudadanos que no registren lo sucedido a sus antepasados, no sólo magro futuro les restará, sino un crítico presente deberán afrontar ya que “la experiencia demuestra que cada vez que se busca el camino del privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano, la vida en sociedad se vuelve un terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte, causando sufrimiento y frenando el desarrollo”.

Francisco continúa generando procesos de paz, de puentes  y coincidencias a pesar de las discrepancias.

Las sagradas escrituras indican la ubicación apropiada de una lámpara. Monseñor Hesayne, es una de la “tres lámparas” que han resplandecido en difíciles épocas de la patria junto al Verbita Mons. Novak y al Salesiano Mons. De Nevares. Hace décadas en una de sus tantas homilías habló de ”Ser fieles discípulos de Jesús buscando salir de la decadencia y deshonestidad social en que hemos caído en la Argentina”.

“La persona alcanza el sentido más profundo de sí misma, no a través de lo que hace, sino a través de lo que acepta”, (papa emérito papa Benedicto XVI).

Recemos por Francisco, un pastor con olor a rancho de paisano postergado que genera globales antídotos evitando anestesiarnos  frente al sufrimiento ajeno.