En 2017, los expertos de la Policía trabajaron en 50 casos de homicidio y lograron un alto porcentaje de esclarecimientos

El común de la gente suele pensar que todo integrante de la Policía de Misiones es investigador y tal creencia es falsa. Dentro de la fuerza están quienes han desarrollado la especialidad de detectives. Están mucho tiempo fuera de las oficinas y tienen que saber interpelar e interpretar lo que ocurre en la calle. Su actividad es clave para el esclarecimiento de distintos delitos. Este es el caso de la Dirección Homicidios. Sus hombres están altamente entrenados para la difícil tarea de desentrañar episodios vinculados con la muerte, con la muerte que llega de manera violenta.
El comisario mayor Gustavo René González está al frente de la repartición, que funciona en la misma manzana de la Jefatura policial. Allí también opera la oficina de enlace de Interpol. Hay mucho trabajo siempre. El anfitrión recibió a Misiones Online Tv en su bunker. Mientras se prepara para hablar, sigue de cerca en sus apuntes el caso de la banda satánica que descuartizó a dos niños en Brasil, uno de cuyos integrantes podría estar oculto en la Tierra Colorada. “Nos estamos interiorizando del caso, pese a que todavía no hay ningún pedido formal desde el vecino país”, explica el jefe, que no lleva uniforme. Los investigadores de Homicidios no llevan uniforme.
“El año que terminó hace poco, 2017, fue muy positivo para nuestra dependencia. Intervenimos en la investigación de 50 hechos de homicidio y fue alto el porcentaje de esclarecimientos”, es lo primero que dice. Y añade: “Algunos meses hubo dos, otros 3 o más”.
Cuando se le menciona que por la naturaleza de la Dirección el detective está en contacto con la muerte siempre, explica: “Tratamos de separar siempre lo emocional de lo profesional. Claro que hay casos en que el policía siente el impacto. Pero en esto sabemos bien que no se puede perder tiempo. En la mayoría de los casos, apenas ocurrido el hecho, tenemos que entrevistar a los familiares del fallecido y eso es fuerte, aunque necesario”.
González resalta que su personal está altamente calificado y que se esmera en capacitarse. Se le mencionan dos casos ocurridos este año, para que cuente cómo se trabajó para lograr desentrañarlos. “El asesinato del sindicalista Pablo Achingo nos demandó mucho trabajo. En los primeros días había pocos datos y eso bajonea al investigador, porque todos quieren respuestas. Después surgió un testimonio, que nos orientó hacia la primera sospechosa. Fuimos reconstruyendo la historia y llegamos a todos los demás acusados”, apunta. Ese expediente tiene siete sospechosos imputados, de los cuales seis siguen presos.
“En el crimen del cambista Jorge Kraemer, de Itaembé Miní, trabajamos mucho con Cibercrimen y analizando las cámaras de seguridad. Fue complejo encontrar un testigo que se animara a contar algo, pero cuando lo hicimos, el panorama se despejó. Ese hecho tiene un prófugo, de apellido Mesa. Lo buscamos con la colaboración de la Policía de Buenos Aires, distrito adonde este hombre huyó luego del homicidio”, ilustra sobre el segundo caso.
“Sobre los casos irresueltos, solemos volver cada tanto. Siempre estamos esperanzados en que surja una pista, un indicio que lleve a la resolución”, afirma.
Trabajar en la calle no es sencillo. Hay que saber preguntar y convencer a quienes pueden aportar datos que esa información debe ser oficializada. Hay datos que terminan en el expediente, otros que sirven para abrir otros frentes de investigación. “El doble crimen mafioso, que tuvo como víctimas a Sebastián Vega y Rodrigo Ibarra en Posadas, nos colocó frente al mundo narco de la frontera. En ese contexto es más complicado aún conseguir información. Por suerte, en esa causa el juzgado Federal de Campana abrió el camino gracias a las escuchas que venía realizando sobre una banda narco local y que recogieron comunicaciones que tenían que ver con los asesinatos”, recuerda y remarca que también la fortuna es necesaria para el esclarecimiento de ciertos episodios.
El comisario González se refirió finalmente a la articulación con las otras reparticiones. “Homicidios no trabaja solo. Estamos en permanente contacto con la Policía Científica, con Cibercrimen, con Investigaciones Complejas y con las Unidades Regionales. Es un trabajo conjunto que apunta a un solo objetivo”, resume.
Por citar hechos, de los últimos años, Homicidios trabajó en las investigaciones por los asesinatos de Heriberto Faubel de Eldorado, la familia Knack de Panambí, María Yess de Puerto Rico, Isabel Dominga Huzy de Apóstoles, Asunsción Neris de Candelaria, Osvaldo Romero (67) de Garupá, Olivia Márquez (46) y Sandro Leiva (40) de Florentino Ameghino, Nicolás D’Amico de Alem, del arenero Juan Carlos Scholz de San Ignacio, de Gerardo Ezequiel Meza en Posadas y la lista puede seguir apilando nombres.
González se despide, amable, y se pierde por un pasillo de la Dirección. Sigue la recopilación de información por el doble homicidio satánico de Brasil. En cualquier momento puede llegar el pedido de colaboración y es mejor estar preparados, repite.

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