El sábado por la noche, el agente Diego Salas fue con el oficial Sebastián V. a calmar los ánimos en el barrio 1 de Mayo de Iguazú. «Es un hecho de vandalismo y amenazas», les dijeron. Cuando llegaron al lugar, el cuadro era peor. Un violento, llamado Ramón Martínez, atacó a cuchillazos al agente. Salas recibió la arremetida del descontrolado vecino y cayó al suelo. El agresor pensaba seguir seguir hincándolo, pero el oficial le gritó que parara.
Según la versión de Sebastián V., Martínez se incorporó y avanzó hacia él con intenciones de atacarlo. Entonces, sacó el arma reglamentaria y cuando entendió que su vida estaba en peligro, abrió fuego. El violento del cuchillo cayó desplomado, muerto, con dos tiros entre el abdomen y el tórax. Falleció con el arma blanca en las manos.
El agente herido fue llevado de urgencia al hospital Samic, donde lo operaron y continúa internado. Como no se encuentra estabilizado, no pueden derivarlo al Madariaga de Posadas. Su pronóstico es reservado, su vida está en riesgo.
Salas sufrió las peores heridas a la altura de la axila derecha, con compromiso de tendones y arteria. Su compañero de patrulla, el oficial Sebastián V. fue detenido y puesto a disposición del juez de Instrucción Tres, Martín Brítes. Cuando el sumario llegue al juzgado, el caso será judicializado y el policía será indagado. Entonces se sabrá cómo será encuadrado el hecho. Hasta el momento desde la fuerza de seguridad hablan de un episodio de «legítima defensa».
Por orden del magistrado las pericias las lleva adelante la Gendarmería Nacional.
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