Nueve muertos y un centenar de presos fugados en un motín en una cárcel de Brasil

Los fallecidos quedaron carbonizados y dos de ellos además fueron decapitados. Hubo 14 heridos.

Nueve personas han muerto en una cárcel del Estado brasileño de Goiás, en el centro-oeste del país, después de un brutal motín en el que escaparon un centenar de presos, según han informado las autoridades. Los fallecidos quedaron carbonizados y dos de ellos, además, fueron decapitados. El saldo de heridos asciende a 14. Seis de los internos lesionados siguen hospitalizados, uno de ellos en cuidados intensivos.

La rebelión ocurrió a las 14.00 del lunes en el Complejo de Aparecida de Goiania por un supuesto enfrentamiento entre facciones del crimen organizado. El suceso devuelve a la memoria de los brasileños el espeluznante motín con 56 muertos que inauguró el año pasado en un complejo penitenciario de la ciudad amazónica de Manaos.

El motín de Goiania, nuevo reflejo de la guerra entre grupos rivales en los superpoblados presidios brasileños, vino acompañado además de una fuga masiva de presos. Aunque inicialmente las autoridades habían reportado un número menor de fugados, 242 internos lograron escapar de la cárcel al realizar un hueco en un muro. Después de decenas de recapturas, las autoridades aseguran que actualmente son 99 los que siguen fugados.

El episodio de este 1 de enero ocurrió en una zona de régimen semiabierto cuando «el pabellón C invadió las demás alas e inició actos de barbarie contra sus rivales», ha explicado la mañana de este martes en rueda de prensa el superintendente de administración penitenciaria de Goiás, el teniente-coronel Newton Castilho.

«Hubo heridos, carbonización de cuerpos y dos decapitaciones», ha añadido el funcionario al asegurar que la riña, en la que presos quemaron un pabellón, se debió a «divergencias en el mundo del crimen del tráfico de drogas».

La guerra en los presidios entre las dos principales facciones criminales en Brasil, el Primeiro Comando da Capital de Sao Paulo (PCC) y el Comando Vermelho (CV) de Rio de Janeiro, y sus ramificaciones ha dejado más de 100 fallecidos desde el año pasado.

Las principales masacres carcelarias de 2017 se produjeron en Manaos (56 muertos) y Roraima (33), ambas en el norte, seguidas de Natal (26), en el noreste.

Brasil suma la tercera mayor población carcelaria del mundo con 726.712 presos, según los últimos datos oficiales de junio de 2016. La cifra casi duplica la capacidad penitenciaria del país calculada en 368.049 cupos para ese año.

La superpoblación en penales muchas veces insalubres, que operan incluso hasta un 197% sobre su capacidad, es vista por los expertos como el caldo del cultivo ideal para el dominio de las bandas, que tienen en los presidios sus centros de operaciones.

 

 

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