Muerte en parapente en Tucumán: la empresa responsable admitió que el piloto cometió “una falla grave»

Natalia Vargas murió al caer al vacío en la zona del cerro San Javier, ocho kilómetros al oeste de la capital tucumana.

Desde la empresa «Loma Bola Parapente» admitieron hoy que hubo «una falla grave en el procedimiento del piloto» en el accidente que le costó la vida a Natalia Vargas, la joven médica que murió al caer al vacío de un parapente en la zona del cerro San Javier, ocho kilómetros al oeste de la capital tucumana.

El responsable de la firma, Sergio Bujazha, reconoció que la víctima viajó colgada ya que no tenía ajustadas las «perneras», un elemento de seguridad que garantiza que el segundo pasajero permanezca sostenido en la silla del parapente mientras éste es maniobrado por el piloto, tal como se puede apreciar en los videos que fueron aportados por amigas que acompañaban a Natalia. En este sentido, el empresario dijo que hubo una negligencia en el procedimiento por parte del instructor Ariel Salazar. El caso está en manos de la Justicia, que está analizando los videos que registraron los momentos previos al accidente para determinar los pasos a seguir en la causa.

«Todavía estamos en una etapa investigativa, pero los elementos preliminares, como los videos, nos están apuntando a una falla grave en el procedimiento de parte del piloto. Ella queda colgada, agarrada un poco de sus axilas y eso normalmente no se aguanta, estás un tiempo, calculamos cuatro minutos aproximadamente. Ella estuvo colgada esos cuatro minutos y Ariel, al parecer, trató de sostenerla desesperadamente, por los movimientos extraños que veíamos», explicó Bujazha en declaraciones a radio LV12.

Natalia Vargas tenía 28 años, era médica y se encontraba realizando la residencia de su carrera en Alemania, donde trabajaba para especializarse en nefrología. Había llegado a Tucumán para pasar las Fiestas con su familia, oriunda de la ciudad de Concepción. El viernes último murió tras desprenderse del parapente en el que viajaba y caer al vacío desde una altura de 120 metros. En un principio, por el relato del piloto, desde la empresa habían afirmado que Natalia entró en estado de pánico y que accionó un dispositivo que hizo que se soltara del parapente. Sin embargo, ahora apuntan a la responsabilidad del instructor Salazar. En este sentido, Bujazha dijo que «cada piloto prepara a su pasajero, hace sus chequeos de seguridad y recién sale a volar».

El empresario dijo que «por lo que se ve en las imágenes, el piloto pone el arnés, prende un broche que es más bien de comodidad y en el momento que va a seguir con el procedimiento viene alguien del grupo, se le acerca, le pregunta cosas y él le presta atención, le conversa. En ese instante, al parecer a la chica la llaman para sacarse una foto con el grupo y él la deja ir, donde hay otra falla más; y luego lo llaman a él para sacarse otra foto junto con ellos», comentó Bujazha. Según el responsable de la empresa de parapentes, «el piloto no debería haberse dejado distraer bajo ningún punto de vista». Y agregó: «No es una excusa, pero pensamos que ahí está la raíz del comienzo del problema».

Además, sostuvo que «cuando hay una falla humana tan grave es muy difícil mejorar el procedimiento». No obstante, aclaró que «la empresa lleva realizados 50 mil vuelos en 20 años y nunca ha habido ni una persona lastimada».

Consultado sobre la preparación de Salazar para realizar este trabajo, Bujazha indicó que «vuela desde antes que existan Loma Bola y el club Los Caranchos, desde hace 25 años, primero en ala delta y luego en parapente, por lo que es un profesional absolutamente experimentado».

Según Bujazha, Salazar «está en una crisis muy grande y no ha podido hacer declaraciones de ningún tipo». El titular de Loma Bola Parapente contó que llamó al padre de Natalia, Juan José Vargas. «Me reuní con él y personalmente le dije que descartaba lo de un posible ataque de pánico y que veíamos una falla en el procedimiento», comentó.

Bujazha dijo que fue él quien encontró el cuerpo de la joven médica, a 200 metros del lugar de despegue. «Yo estaba volando cuando sucedió el lamentable hecho. Yo la vi cuando cayó, es una imagen que no voy a olvidar nunca, Y cuando la vi sabía que no íbamos a tener ninguna chance de encontrarla con vida», expresó. (La Nación)

 

 

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