Detuvieron a uno de los hombres que habría matado al misionero en Comodoro Rivadavia el pasado 12 de diciembre

 

La Brigada de Investigaciones allanó ayer a primera hora de la mañana un domicilio de Standart Norte y detuvo a uno de los dos hombres que el martes 12 de diciembre habrían abordado a Eriberto Villalba afuera de la casa que alquilaba en el barrio San Martín. Según los registros de video, Roberto Ramírez junto a un cómplice –todavía no identificado– habrían obligado al albañil a subirse a su propio vehículo, una Renault Kangoo. Se habrían dirigido al descampado del barrio Industrial donde ocho días después fue hallado quemado el cuerpo de un hombre. El hijo de Villalba llegó el viernes a Comodoro Rivadavia desde Misiones para someterse a una extracción de ADN y compararla con el cuerpo encontrado el 20 de diciembre.

 

Personal de investigaciones policiales, a cargo de los comisarios Eduardo Chemín y Pablo Lobos, sorprendió ayer con la detención relacionada al cadáver que el 20 de diciembre fue hallado quemado y desmembrado en el baúl de un antiguo auto abandonado en una zona descampada del barrio Industrial de Comodoro Rivadavia.

 

Todas las pruebas, pericias e indicios investigativos indican que el cuerpo pertenecería al albañil Eriberto Villalba, desaparecido desde el 12 de diciembre, pero aún resta conocer la comparación genética que se realizó en las últimas horas con el ADN de su hijo , quien llegó el viernes desde la ciudad misionera de Posadas.

 

Hace varios años que Villalba, de 59 años, residía en Comodoro Rivadavia donde se desempeñaba en el rubro de la construcción como subcontratista. Prestaba servicios para la firma Viviendas Roca y se encargaba de las obras de plateas para la posterior colocación y terminación de casas prefabricadas, según pudo saber El Patagónico.

 

El albañil fue visto por última vez el lunes 11 de diciembre cuando se retiró de visitar a una mujer mayor en el barrio Newbery. Desde entonces no se supo más sobre su paradero y tampoco quedaron rastros de su vehículo utilitario Renault Kangoo color gris que utilizaba a diario para desempeñarse en su actividad.

 

Uno de sus empleados no lo ubicó telefónicamente ni tampoco en el domicilio que alquilaba en la calle Los Perales casi Huergo del barrio San Martín. En los días posteriores el empleado de Villalba decidió radicar la denuncia sobre su desaparición en la Seccional Séptima de Policía desde donde se dio intervención a la División de Búsqueda de Personas.

 

La llave del esclarecimiento

 

Mientras el albañil misionero era buscado, el miércoles 20 un chatarrero alertó a la policía sobre el hallazgo de un cuerpo quemado en un descampado del barrio Industrial donde hay viejos vehículos abandonados. Desde ese momento el personal de la Brigada y Búsqueda de Personas trabajó en forma conjunta para desentrañar el complejo caso.

 

El cuerpo estaba irreconocible, tenía un cable colocado sobre el cuello como indicio de que pudo haber sido estrangulado y le faltaban partes que posiblemente comieron los perros carroñeros de la zona descampada. A pesar del tétrico panorama, los investigadores encontraron un primer indicio para iniciar la investigación: una llave que quedó sobre el baúl del auto abandonado donde fue depositado el cuerpo sin vida.

 

Luego de todas las pericias de rigor, Búsqueda de Personas ese mismo día allanó la casa del hombre desaparecido y logró abrir la puerta con la llave que llevaba consigo el hombre asesinado. En su casa no se descubrió ningún desorden ni faltante de objetos de valor que aportaran indicios a la causa.

 

Sospechosos grabados

 

Más allá de la mencionada llave, los integrantes de la Brigada recolectaron distintos registros de grabación de cámaras de seguridad particulares, con las que comenzaron a reforzar la investigación. Según la información oficial a la que accedió este diario, una cámara que apunta al frente de la casa que alquilaba Villalba grabó el 12 de diciembre –poco antes de las 10– cuando el misionero fue abordado por dos hombres.

 

Estos descendieron de un moderno Toyota Corolla que dejaron estacionado en el lugar. Mientras tanto, Villalba abría la reja para sacar su vehículo. En ese momento fue increpado por los dos hombres que le habrían colocado una franela en la boca y un cable en el cuello para obligarlo a subir a su utilitaria.

 

Los autores de esa violenta acción, denominada legalmente como privación ilegítima de la libertad, se llevaron al albañil dejando el Toyota Corolla blanco estacionado. Se presume que la víctima fue estrangulada con el cable en los instantes en que fue abordado y luego subido a la camioneta.

 

Otra cámara de seguridad tomó a la Renault Kangoo de Villalba sobre la ruta Nacional 3, camino a la zona sur, y captó el momento en que ingresa por una calle de tierra hacia el descampado donde el miércoles 20 de diciembre apareció el cuerpo quemado y desmembrado de un hombre.

 

Según los registros fílmicos, los autores estuvieron en el descampado durante 5 minutos y se retiraron por otro camino vecinal de ripio que sale al barrio Bella Vista Sur. Transcurrieron unas dos horas y los mismos individuos regresaron al domicilio del Villalba, donde la misma cámara de seguridad captó la llegada de la Kangoo del misionero.

 

Allí, descendió el sospechoso detenido ayer en su domicilio de Kilómetro 8. identificado por la policía como Roberto Antonio Ramírez (41) y se subió al Toyota Corolla para retirarse ambos vehículos de ese lugar. Hasta ese momento de la investigación se desconocía quiénes eran los sospechosos, más allá de que sus rostros quedaron captados en las cámaras de seguridad.

 

Vigilancia y detención

 

Las fuentes de la investigación describieron que se realizó un arduo trabajo para individualizar a los sospechosos. Con el aporte de la Policía de Mendoza se pudo confirmar la identificación de uno de los presuntos autores, quien manejaba el Toyota pero que no tenía el auto a su nombre.

 

Como coincidencia, el primer sospechoso resultó ser oriundo de la ciudad de Posadas, al igual que el albañil desaparecido. Luego se supo que trabajaba en el complejo de canchas de fútbol “Va por Mas” de Kilómetro 3, y comenzó un sigiloso seguimiento que se intensificó en las últimas 48 horas por parte del personal de la Brigada.

 

La fiscal Cecilia Codina, junto a la funcionaria Eve Ponce, dirigió las tareas investigativas y solicitó una orden de allanamiento domiciliario y detención del sospechoso que se concretó ayer a partir de las 6:15 en el barrio Standart Norte de Kilómetro 8. La diligencia fue autorizada por la jueza penal Daniela Arcuri.

 

El procedimiento se concretó en la vivienda de Ramírez, en la calle Código 2403 donde estaba junto a su pareja y sus cuatro hijos. Los investigadores secuestraron un buzo canguro negro, una bermuda y un par de zapatillas que coinciden con las que utilizaba uno de los asesinos el 12 de diciembre cuando quedaron registrados en las imágenes de la cámara de seguridad.

 

Además se incautó una notebook, una tablet, teléfonos celulares que deberán ser peritados y el Toyota Corolla en el que se movilizaba Ramírez. Esta mañana se realizó la audiencia de control de detención, donde se le dio a Ramirez 3 meses de prisión preventiva y se dictó 6 meses de plazo de investigación.

 

Diario El Patagónico

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