Caso Selene, el juicio: Victoria Aguirre dijo que Lovera estaba «endemoniado» y que la atacaba por orden de una suerte de duende maligno

En estos momentos en Oberá se está realizando la segunda audiencia del juicio por el asesinato a golpes de la nena discapacitada Selene Aylén Aguirre (2). El Tribunal Penal de la Capital del Monte está escuchando a más testigos. Hasta ahora, de los acusados el único que declaró fue Rolando Lovera y se desligó del hecho. La otra imputada, Victoria Aguirre, madre de la niña fallecida, se abstuvo. Sin embargo, como lo impone el Código Procesal, se leyó la declaración que hizo durante la instrucción. Y de allí surgieron detalles cuanto menos llamativos sobre el caso.
En la indagatoria de la chica, que está presa desde el día del hecho (29 de enero de 2015), se expone que para ella el autor del crimen fue Lovera, a quien incluso acusa de haber actuado «endemoniado».
Victoria dijo que la pareja convivió apenas 28 días y que en las primeras semanas, el hombre se mostró cariñoso y colaborativo, pero que a partir del 21 de enero de 2015, Lovera experimentó una suerte de cambio de actitud, virando a la violencia, la perversión y la crueldad extrema.
La chica dice que en la casa de Erasmie y Sargento Cabral Lovera empezó por tomar de los pies a la niña (que padecía incapacidad motriz por un retraso madurativo) y ponerla boca abajo, para luego golpearla. Según Victoria, su pareja la tomó cautiva, amenazándola con un arma y encerrándola en el inquilinato en el que residían desde el 31 de diciembre de 2014. También mencionó que la llevó a distintos lugares (entre ellos el trabajo del hombre, en la arenera Simon) siempre cautiva y bajo intimidaciones.
Apuntó además que el sereno actuaba bajo el imperio de una suerte de «duende», un personaje oscuro que sólo él veía y que, supuestamente, le ordenaba que atacara a madre de hija.
Victoria declaró que ese «amigo negro» a veces se corporizaba en un velador con forma de patito y que Lovera le hablaba.
Finalmente, una vez que la pareja notó que Selene no presentaba signos vitales, siempre según el relato de la chica, Lovera quiso que madre e hija se acostaran en la cama para que él las rociara con agua bendita.
El hombre, en su declaración ante los jueces de sentencia, negó toda esta secuencia y apuntó a Victoria como la responsable del crimen.

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