Primer Santuario Diocesano “Nuestra Señora de Loreto”

Ayer por la mañana, la diócesis de Posadas, vivió una gran fiesta nuevamente. En la capital provincial de la Espiritualidad, fue constituido y erigido el primer santuario diocesano, bajo la advocación de Nuestra Señora de Loreto, madre del pueblo de las misiones.

Esta celebración tan importante tuvo lugar, el día que nuestra diócesis celebra el día de Nuestra Señora de Loreto. La misa comenzó  en la antigua capilla, ubicada en el medio de las reducciones, donde los pueblos originarios se reunían para las celebraciones religiosas y luego se realizó una solemne procesión hasta la capilla homónima en el centro de la localidad, donde se procedió con la celebración eucarística.

La misa fue presidida por el Vicario General de la Diócesis de Posadas, Monseñor Carlos Viera, quien estuvo acompañado por el párroco y rector del nuevo santuario el presbítero Alejandro Ferreira, los sacerdotes Javier krawczuk, Gervasio Silva y el canciller de la diócesis y rector del seminario diocesano Santo Cura de Ars, el presbítero Sebastián Escalante. Además de los seminaristas que realizan su formación en la casa de estudios y de toda la sociedad que se acercó desde diferentes puntos de la provincia.

Se trató de una jornada con mucha emoción, en la que se pudo ver la devoción del pueblo por la Madre, patrona de las misiones y también de las familias.

Durante la homilía, Monseñor Carlos Viera llamó a ser “Santuarios como lo fue María. Ella engendró la Fe, lo hizo diciendo que sí”.

Compartimos algunas frases del padre Carlos Viera:

Hoy nos encontramos con mucha alegría en este lugar santo, y no nos tiene que llamar la atención que este santuario y muchos otros estén dedicados a la Virgen María. Pues ella fue un santuario. Ella en su cuerpo, y en su corazón engendró la fe. Es clave decir que el Jesús nace en el corazón del hombre porque primero ella dijo que sí.

La fe nos va haciendo santuario a nosotros también porque en nuestros corazonesva naciendo Cristo y nos va transformando, pero para que esto ocurra debemos primero abrir nuestros corazones y confiar en Dios.

María con su sí fue confiada, como también hoy el hombre confía en Dios. Y lo hace para que vayamos creciendo, ella confía como una madre protectora.

Tenemos que pensar y sentir que su sí, fue un acto de amor y allí detenernos y responder… El amor se entiende? No, el amor se vive… todo el tiempo, todos los días. Es ahí donde vemos como el hombre se sorprende con la grandeza de Dios y con su amor.

María ve en su humildad y en su pequeñez la grandeza de Dios. María ve y no es solo una espectadora, ella confía y avanza a paso firme. María dice que sí y no tiene miedo. El miedo nos hace escondernos, nos lleva a escondernos como lo hicieron Adan y Eva. Ella nunca tuvo miedo.

Pensemos en esta idea, María fue el santuario del hijo de Dios. María nos ayuda a hacer presentes a Dios en nuestras vidas, todos los días. Desde la pequeñez y las precariedades que todos tenemos y que también tenía ella, nos invita a confiar en Dios y así nos visita.

Pidamos al señor no tener miedo. La palabra dice“La verdad los hará libres…” pensemos en que frente a Dios nos desnudamos espiritualmente y en ese momento no sabemos lo que tenemos, lo que queremos, allí estamos amargados y con miedo. Pero sin embargo María no tuvo miedo, y el dolor le partió el corazón, pero no tuvo miedo y siguió diciendo que sí.

El señor nos anima a vivir la experiencia de fe.Nosotros tenemos que transmitir esperanza. Cuando se tiene fe no se tiene miedo. A mí me gusta decir y no me cansó de hacerlo, los miedosos no hacen historia. Recordemos que María no fue devota, fue creyente. Porque con el tiempo y todos los días, ella maduró su Fe.

La fe no es devoción, es convicción de lo cree y delo que se espera. Nosotros debemos engendrar nuestra fe para dar testimonio.La fe es el fundamento y la realidad de lo que cree. Eso es engendrar la fe. La fe es ser  testimonio todos los días.

Preguntémonos hoy, Cómo está mí corazón? Tengo esperanzas? Creo? La respuesta es que la Fe es una aventura, hermosa. Aventura en la que sabes por dónde empezar, pero no sabes cómo va a terminar.

Que la Fe nos ayude a fortalecer nuestra voluntad pero sobre todo para hacer la voluntad de Dios. Pidamos ser como María y engendrar en Nuestro corazón el amor a Dios.

 

Recordemos que con la constitución de este primer santuario diocesano se cierra un año en el que como diócesis celebramos y recorrimos el  aniversario, haciendo memoria, pero sobre todo también siendo parte de la historia.

Un dato para tener en cuenta es que dentro de poco tiempo, también quedará habilitada la casa del peregrino, lugar que será habilitado para realizar retiros o momentos de descansos. Y que todos los días domingos, la misa es celebrada a las 10 de la mañana en el Santuario.

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