La Armada investiga si hubo una explosión el día de la desaparición del submarino ARA San Juan

Sus voceros no lo confirman ni lo descartan. Hablan de una «anomalía hidroacústica». Ayer a la noche, una cuadrilla de buques navegaban hacia la zona donde se habría originado el sonido.

«¿Qué es una anomalía hidroacústica?», preguntó uno de los periodistas que cubría la última conferencia de prensa que dio Enrique Balbi, vocero de la Armada, frente al edificio Libertad, en Retiro. «Es un ruido», respondió el funcionario. «¿Es una explosión?», preguntó otro. «Es un ruido, no vamos a hacer conjeturas». Justo antes de que Balbi volviera a entrar al edificio de la Armada, otra periodista insistió: «¿Pudo haber sido una explosión?». «No puedo hacer una conjetura, no tengo esa información», dijo el vocero. Las preguntas llegaron en un parte oficial que empezó más de tres horas después del horario estipulado. Balbi señaló que había un nuevo indicio en la búsqueda del submarino ARA San Juan, al que abordaron 44 tripulantes y cuya ubicación se desconoce desde el miércoles pasado: se trataba de la mentada «anomalía hidroacústica».

Según describió la Armada en su última comunicación oficial, ayer se recibió información que había sido solicitada a Estados Unidos y que es compatible con un indicio sonoro «que corresponde al miércoles 15 -es decir, al último día en el que el ARA San Juan se comunicó- por la mañana». Esa «anomalía hidroacústica» -concepto que Balbi equiparó varias veces con «un ruido»- fue registrada hacia las 11 de la mañana de ese día, tres horas y media después de que el comandante del submarino informara su posición a la base de operaciones. El indicio fue detectado en la ruta que el submarino debía hacer hasta Mar del Plata, a unos 48 kilómetros hacia el norte desde la última ubicación conocida, que fue a la altura del golfo de San Jorge, a 432 kilómetros del continente.

Fuentes extraoficiales vinculadas a la Armada explicaron que en distintos lugares del Atlántico Sur hay «hidrófonos» capaces de captar sonidos en la profundidad del mar, y sostuvieron que existiría un estallido ocurrido el miércoles 15, día de la última comunicación de la tripulación del ARA San Juan.

Ante la consulta de si no se había detectado la «avería hidroacústica» en días anteriores de la búsqueda, teniendo en cuenta que se trataba de una zona muy cercana a la de la última ubicación, Balbi respondió: «No sabría decir por qué no hubo indicios, vamos a seguir investigando».

Como se ha hecho con otras posibles pistas que finalmente tuvieron que ser descartadas, «ese ruido debe ser corroborado con distintos medios y sensores». Dos corbetas y un buque destructor fueron enviados a la zona para recorrerla con sus sensores. Se esperaba su llegada para la noche o madrugada. A la vez, el avión P8 de la Marina estadounidense iba a realizar vuelos de rastrillaje y otro de la Fuerza Aérea de Brasil recorrería la zona con sus sensores magnéticos. Según dijo Balbi ayer a la tarde, todas esas actividades se llevarían a cabo durante la noche y madrugada. «La confirmación de si el indicio es del ARA San Juan va a llevar el tiempo que precisemos», sostuvo, e informó que su primer parte oficial de hoy será a las 10.

Desde la Armada se informó también que el martes por la tarde llegaría al área de operaciones el buque noruego Skandi Patagonia, que pertenece a la empresa petrolera francesa Total, con cuatro vehículos sumergibles que funcionan a control remoto para buscar el submarino, y una campana de rescate en la que podrían entrar hasta seis tripulantes por vez. Todo el equipamiento de rescate fue aportado por la Marina de Estados Unidos en el contexto del acuerdo internacional Search and Rescue (SAR), al que la Argentina está suscripto y que implica que los países miembros estén obligados a prestar su colaboración en misiones de búsqueda y rescate.

La noticia del «ruido» fue la última que las fuentes oficiales difundieron. Antes habían descartado que otro indicio sonoro, algunas bengalas avistadas y unos «boyarines» pertenecieran al submarino que partió de Ushuaia con 44 tripulantes a bordo. Esa dinámica replicó el descarte de otras posibles pistas en días anteriores: desde el lunes, la Armada trabajó en diferentes en diferentes indicios que generaron diferentes niveles de expectativa. El sábado surgió el dato, finalmente descartado, de que pudo haber intentos de llamadas satelitales desde el submarino. El lunes, la cadena de noticias CNN dio a conocer la existencia de un posible «ruido» en «código morse», que también fue descartado. Y además fueron halladas bengalas blancas y una balsa que no pertenecían al ARA San Juan.

Hoy se cumplió el séptimo día desde que el submarino logró comunicarse por última vez. Una nave como el ARA San Juan cuenta con siete días de oxígeno en la situación más crítica, es decir, sin poder emerger a la superficie y sin lograr usar su snorkel. Al no haber dado con su ubicación ni con su situación, la Armada no ha logrado confirmar si el submarino logró renovar el oxígeno o no.

 

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