Copa Sudamericana: Independiente fue más que Libertad, pero se vuelve con una derrota

Con un gol de Tacuara Cardozo, el equipo paraguayo se impuso por 1 a 0. En el inicio de la jugada el delantero la bajó con el brazo izquierdo.

No duró casi nada el entusiasmo de Independiente. A los 29 segundos, luego de una jugada en la que Independiente dudó por todos lados, Oscar Tacuara Cardozo, apareció en el área y definió. Libertad, 1-0.

Los jugadores de Independiente reclamaron mano del delantero. Visto por televisión varias veces pareció infracción.

Un golpe. De entrada.

Independiente se había armado en nombre de evitar la superioridad aérea y el oportunismo del campeón de Paraguay. Pero, en la primera intervención, padeció.

La línea de cinco, ofrecida por Holan, no ofreció garantías en el inicio del encuentro. El Rey de Copas sufrió incluso después de ese gol inicial. Hubo desinteligencias. Entre los centrales, en la coordinación con el arquero Martín Campaña. Así, sufrió. Y quedó en la cornisa del segundo grito local.

Luego, ya con el partido en territorio neutral, Independiente se hizo dueño de la pelota. Le faltó lo más importante: llegar con peligro.

Sin embargo, a los 30, el equipo de Avellaneda obligó a una atajada estupenda del uruguayo Rodrigo Muñoz, tras un centro complicado de Juan Sánchez Miño.

El inicio del segundo tiempo ofreció intensidad. Primero, porque casi golpea de nuevo Libertad. Luego, porque se lo quiso llevar por delante. En definitiva, ese equipo audaz que su entrenador pretende.

Independiente comenzó a imponer condiciones en el segundo tramo del complemento. Tuvo la pelota, buscó, fue. Y llegó. Con un Meza inspirado coqueteó con el gol. Pero no. No pudo.

Hubo otra jugaba relevante en la serie: a los 28 de la segunda mitad, por un codazo a Alan Franco, se fue expulsado Cardozo, figura del equipo paraguayo. Inobjetable la sanción.

De todos modos, Independiente no logró desequilibrar incluso en esos 17 minutos finales en los que jugó con un futbolista más. Careció de profundidad. Y lo pagó con ese cero final. Pero lo tuvo en ese cabezazo tardío de Sánchez Miño. No fue.

Ahora, en el Libertadores de América, deberá dar vuelta la historia. Ese 1-0. Tiene con qué. Deberá demostrarlo.

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