Masacre de Panambí, el juicio: afirman que se siguieron todas las líneas investigativas y solo quedó firme la «pista San Javier»

El subcomisario Hugo Omar González fue el último testigo que declaró en el juicio por la Masacre de Panambí, que se realiza en Oberá. Estuvo en la investigación desde el inicio y su relato marcó el final de una etapa, ya que quedaron atrás las testimoniales y ahora se esperan los alegatos, para el martes 28 de noviembre.
«Me destinaron a Panambí porque había sucedido un hecho grave. Era un día lluvioso. Fuimos a la casa de los Knack, pero no pudimos entrar porque la escena ya había sido perimetrada», recordó el integrante de la División Investigaciones de la Unidad Regional Dos de la Policía.
«Nos metidos en medio de la gente para ver que escuchábamos, que cazábamos. De esa noche salimos con el dato de que los autores podían haber sido empleados de las víctimas o la mafia del narcotráfico», evocó.
«En  ese momento se hablaba de un VW oscuro», agregó y después mencionó que la pista derivó hacia un «VW Bora gris». No recordó quién fue el primero en aportar ese dato del Bora gris.
«También tuve participación en la denuncia que se le tomó a Cristian Knack, mientras estuvo internado en el hospital Madariaga de Posadas. Sobre ese tema está previsto en el Código Procesal Penal que podíamos tomarle la denuncia y la jueza Alba Kunzmann de Gauchat sabía que íbamos a hacerlo», indicó.
Apuntó que Cristian le dijo que ese día había traído plata de la venta de madera desde Corrientes. «Aclaró que  solía hacer cobranzas, pero que nunca había traído tanta plata. También mencionó que esa jornada había traído muchos cheques», declaró González.
«Él habló de cinco ladrones, de que los quemaron con alcohol y que alcanzó a reconocer a uno de los asaltantes. Dijo que era un prefecturiano o ex prefecturiano que iba a comprar madera al aserradero de la familia», aportó.
«También vio un Bora gris, con los ladrones dentro. Y cerró diciendo que el coche se alejó en dirección al pueblo de Panambí», señaló.
Aseguró que se siguieron distintas líneas de pesquisa y que todo lo actuado fue elevado a la jueza Kunzmann.
Oscar Carlos Knack (44), su mujer Graciela Mojsiuk (42) y dos de los hijos de la pareja, Bianca (12) y Cristian (25), fueron asaltados y torturados el 25 de mayo de 2014. Tuvieron una muerte horrible, tras ser quemados vivos.

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