Las exportaciones de té tienen a la baja y la cosecha se retrasa

En los tres primeros trimestres del año, se vendió un 5 por ciento menos de té que en el mismo período del año pasado, merma que fue compensada en parte por una leve suba en los precios. Estaba previsto que la cosecha iniciara en octubre, pero la persistencia de noches frescas y lluvias copiosas conspiraron contra la brotación de la planta, lo que demoró las tareas. Además los ácaros volvieron a atacar en varias zonas productoras.

De enero a septiembre del año en curso se exportaron poco más de 60 millones de kilos de té, 3 millones de kilos menos que igual período del año pasado, lo que implicó una variación interanual de 5 por ciento. Medida en ingreso de dólares, la caída fue un poco más leve, de 2,4 por ciento, gracias a un incremento en los precios promedio de 2,3 por ciento.

Las exportaciones de té vienen en baja desde el año pasado, y en buena parte se debe a dificultades para conseguir materia prima de calidad. Se cosecha cada vez menos volumen, especialmente en los pequeños teales de productores independientes y los productores lo atribuyen a una crisis de rentabilidad que atraviesa el sector primario que se combina con factores climáticos que incidieron de forma negativa.

La cosecha debería haber comenzado a inicios de octubre, pero se demoró ante la persistencia de días con temperaturas frescas, que detienen el proceso de brotación de la planta, y por lluvias copiosas que dificultaron las tareas culturales en las plantaciones.

Al igual que el año pasado, la plaga conocida como el ácaro, volvió a atacar a inicios de la cosecha, favorecida por el clima húmedo, la temperatura templada y también por la falta de cuidado en algunas plantaciones.

Los productores argumentan que las plagas son cada vez más resistentes y a los colonos les resulta cada vez más difícil comprar acaricidas porque la producción no es rentable.

Siendo un sector exportador por excelencia –más del 90 por ciento del total producido en la región se destina al mercado externo- el sector sufre por el atraso cambiario que impide trasladar a los precios finales, establecidos por los mercados, los crecientes costos de la producción local, afectados por una inflación que no da tregua.