Defensa de la Competencia considera que no hay concentración en el sector yerbatero pero advierte por falta de transparencia e informalidad

El informe considera que el mercado yerbatero tiene niveles de concentración “de moderados a bajos” y desestima que “las dificultades que actualmente atraviesa el sector yerbatero argentino estén ligadas a la falta de competencia en el mercado”. Advierte que el mecanismo de fijación del precio de la materia prima es “poco transparente y no directamente ligado a los costos de producción” y que son altos los niveles de informalidad laboral en la cosecha.

La Comisión Nacional de Defensa de la Competencia analizó  las condiciones de competencia del sector yerbatero. Como primera conclusión, destaca que el mercado de la yerba mate tiene niveles de concentración “moderados a bajos, tanto en la etapa de producción como en las de industrialización y comercialización, si bien existen grandes establecimientos, en general integrados verticalmente. Se aprecia, sin embargo, que el nivel de concentración del mercado va en aumento a medida que se avanza aguas abajo”.

A partir de de esa primera conclusión, desestima la posibilidad de que las dificultades que actualmente atraviesa el sector yerbatero argentino estén ligadas a la falta de competencia en el mercado.

Detalla que una porción significativa de la materia prima que ingresa a la fase industrial proviene de productores independientes atomizados y que los cuatro principales compradores de hoja verde adquieren una porción relativamente reducida de la producción total (25 %).

“De la misma forma, los principales compradores de yerba mate canchada adquieren un 55 % del total, lo que en principio permitiría descartar la hipótesis de un poder de compra significativo u oligopsónico por parte de grandes grupos empresariales. Incluso a nivel minorista, donde el mercado es moderadamente concentrado (las cuatro principales empresas concentran el 75 % del total de las ventas finales)”, concluye para luego recordar que  en el último año se registró una caída en el precio real del kilo de yerba mate que superó a la baja en el precio de la materia prima.

Más allá del análisis de competencia, lo que observó el organismo nacional es “un mecanismo de fijación del precio de la materia prima poco transparente y no directamente ligado a los costos de producción. La alta informalidad que caracteriza al sector, sobre todo en la etapa primaria, dificulta que se cumplan los precios oficiales, establecidos por el INYM”.

Destacan que “la proporción de empleo no registrado es mayor entre los contratistas de cosecha y productores primarios, mientras que entre los empleados directos de las empresas agroindustriales existen mayores niveles de formalización de la relación laboral”.

En el análisis consta que el importante aumento en los niveles de producción de hoja verde durante 2016 derivó en una sobreoferta de materia prima que empujó el precio a la baja, lo cual es esperable en un mercado que se comporta de manera competitiva, la demanda doméstica está estancada y la colocación de saldos exportables se dificulta, entre otras cosas, por la guerra en Siria, el principal destino de las exportaciones argentinas de yerba mate.

Advierte además que los datos disponibles ponen en evidencia la brecha de productividad que existe entre productores de distinto tamaño. “Los pequeños productores cuentan, en general, con plantaciones de baja densidad, cosecha manual y combinan la producción con otras actividades agrícolas, ganaderas y forestales”.

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