Hogar para abuelos Rosy: La vida con amor y paciencia como fórmula secreta

El hogar para abuelos Rosy, ubicado en pleno centro posadeño es uno de los tantos hogares que alberga a los abuelos que por esas cuestiones de la vida no pueden estar más con sus familias. En ese lugar la contención, el amor, la paciencia y el esmero de los empleados y dueños, es la gran receta para devolverle vida a los mayores. La historia contada por sus protagonistas.

Rosy Silva y Roberto Cordero, son quienes día a día le ponen todo el amor posible para cuidar de esos abuelitos que adoptan esa sede, ubicada sobre calle 25 de Mayo, como su hogar. Los dueños contaron que una de las virtudes que se consideran que tienen y que creen indispensable para llevar adelante semejante tarea, es el amor y darle a los residentes las mayores cosas para que puedan tener sentido de pertenencia.

Actividades, atención permanente, comidas saludables y sobre todo mucha paciencia, parece ser la mezcla perfecta para que este lugar con más de 10 años funcione. Aunque también es necesario contar con más ayuda que muchas veces no llega pero en fin, es un espacio llenó de vida. Si no, que lo digan sus propios protagonistas, como el caso de “Toto”, uno de los abuelos que vive allí y quien le contó a Misiones Online como se vive. “Llegué muy mal, en un estado malo de salud y acá me recuperaron. Me dieron contención, atención y estoy agradecido”, dijo el hombre.

Ante la consulta de que hacen allí todo el día, la lista es larga pero dentro lo principal y aunque parezca repetitivo, la atención permanente corre con ventaja. “Acá nos atienden las 24 horas del día, nos alimentan como se debe, nos bañan y nos dan los remedios a horario”, contó Toto en una emocionante historia.

Tiene a sus dos hijas en Buenos Aires y conoció a Rosy, la dueña del lugar, en otra etapa de sus vidas y mediante una relación comercial. Hoy en día se muestra muy agradecido con ella y con Roberto por darle el cariño necesario para su bienestar.

Rosy y Roberto, dijeron que no es una tarea sencilla. “No es para cualquiera, nosotros lo sabemos y los que trabajan con nosotros deben sentirlo como nosotros. Si el abuelo está contento, se quedan”, señaló Roberto en referencia  a como seleccionan el personal.

Allí tienen médicos, nutricionista, enfermeros y todo el personal necesario para atender a 40 abuelos y un lugar acorde, que se inició con mucho esfuerzo y se mantiene de la misma manera. Las exigencia de las leyes a veces no van de la mano con la realidad y todo se trata de acomodar para el mejor bienestar de los residentes.

Una de las cosas que remarcaron los dueños del hogar de abuelos “Rosy”, es que el sistema debería ser más flexible para que se pueda trabajar mejor. Si uno quiere hacer las cosas bien y en definitiva ayudar a los abuelos además de darles ese servicio a sus familiares, no tendría que haber tantas exigencias. Así lo piensan y creen que debería funcionar.

Lo lindo de todo eso, se refleja en el relato en este caso de Toto. Quien llegó muy mal y se recuperó. Así hay muchas historias. Por ejemplo, que hay abuelos que llegan para “pasar sus últimos días y que sean atendidos porque su familiares no pueden” y terminan viviendo muchos años. Según Roberto, es lo más gratificante de su tarea y que los abuelos adoptan esa casa, esa gran casa, como su hogar y una vez que están mejor y tienen la posibilidad de irse, no lo quieren hacer.

“Acá los abuelos están contenidos, no están presos y cada uno es libre de hacer lo que le haga bien. Tienen sus comodidades y los familiares pueden venir cuando quieran a ver como ellos están”, remarcó Roberto.

Rosy, contó que hace muchos años trabajaba con personas grandes, ella es enfermera y de un momento a otro vio la necesidad de seguir ayudando cuando se había quedado sin trabajo. Surgió la posibilidad de cuidar a dos o tres abuelitos y ahora tiene más de 40.

Sin dudas un lugar en donde se llega con miedos, con tristeza pero a medida que pasa el tiempo, los propios “viejitos” se dan cuenta que están en buenas manos. Siempre hay esperanzas de que todo cambie y el optimismo de la gente del hogar Rosy es tan fuerte como el amor que se les da a los abuelos.

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