El hijo de Mario Bofill es juzgado en Corrientes por chocar y matar conduciendo ebrio a un motocilista

Ante los jueces del Tribunal Oral Penal Nº1 se sentó, ayer, en el banquillo de acusados Rafael Bofill, hijo del famoso chamamecero correntino, por estar imputado en la muerte de Guillermo Juani, quien pereció al ser embestido por un auto que conducía Bofill, tragedia que ocurrió en 2012.

La calificación por la que se encuentra imputado el joven es homicidio culposo (o accidental) agravado por conducta antirreglamentaria, ya que se tiene en cuenta que, según se sostuvo en la instrucción, el conductor Bofill habría actuado de manera imprudente, además de que habría registrado un gran nivel etílico en sangre.

“Conducía estando en el tercer y último grado de ebriedad”, reza el expediente sobre el estado en el que se encontraba el hijo del chamamecero al momento del accidente que ocurrió el 21 de septiembre de 2012, en la esquina de Ciudad de Arequipa y Santa Cruz (calle cuya circulación en ese momento era de doble mano).

El automóvil, que terminó impactando a la moto de Juani, iba a una velocidad estimada de 80 kilómetros, a pesar que en esa zona lo permitido es de 30 kilómetros.

Asimismo, durante la audiencia celebrada ayer, se indicó que el imputado en ese momento registró un grado etílico de 1,76 en el aliento y 1,51 en sangre. No obstante el nivel de alcohol ingerido habría sido mayor, ya que la prueba que se le efectuó fue realizada dos horas después de ocurrido el siniestro. Así se confirmó lo que tantas veces aseguró la viuda de Juani, Mariela Gallardo, ante la prensa. “El mismo Bofill había dicho que estuvo tomando champán antes de que ocurriera el accidente”.
La audiencia de ayer comenzó poco antes de las 8:30.

Primeramente el acusado Bofill intentó eludir el debate solicitando la suspensión de juicio a prueba, un beneficio en el que el imputado ofrece una remuneración económica y la realización de tareas comunitarias, a cambio de no ser juzgado.

Es así que el hijo del chamamecero ofreció 300 mil pesos para resarcir económicamente la pérdida de la vida de Juani.
Ante la oferta, se llamó a la viuda para escuchar la propuesta, la cual rechazó de plano.

La mujer no ocultó su enojo por el ofrecimiento del imputado, contra quien tiene abierta una causa en el plano civil por los daños sufridos ante la muerte de Juani, quien era el único sustento económico de su familia. A Gallardo poco le importó el dinero ofrecido y ante los jueces pidió que continúe el proceso.

Los magistrados debieron llamar a un cuarto intermedio para resolver este punto. Es así que a su regreso a la sala, informaron que el pedido del imputado fue rechazado a pesar de ser presentado a tiempo, porque entendieron que el beneficio no se puede otorgar ante casos graves como éste, más si se opone la víctima.

Luego de ello se leyó formalmente la acusación contra Bofill, quien eligió ejercer su derecho a no declarar.

En la causa había dos testigos: una mujer que trabajaba en ese momento en un comercio cercano al sitio del accidente, quien advirtió que tras chocar, el conductor salió corriendo de su vehículo; y un trabajador municipal que barría esa calle y observó cuando la motocicleta era arrastrada por el Chevrolet Corsa. La mujer no se presentó a declarar por lo que se incorporó el testimonio que había efectuado ante la Justicia tras el siniestro. En tanto el hombre, de apellido Duarte Cardozo, sí se presentó y recordó que al salir del auto, Bofill corrió gritando “siganme, vivo a dos cuadras”. El imputado en ese momento había ido a buscar al padre.

Según se prevé, la querella pediría para la próxima audiencia (durante los alegatos) el cambio de carátula por homicidio simple con dolo eventual, con la intención de que la pena incluya la reclusión. De no lograrlo el imputado, a pesar de ser encontrado culpable, podría quedar libre. El juicio continuará el viernes de la semana próxima, a las 10:30. Fuente: Diario Época.

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