Entonces, el primer paso para evitar estos atracones o picoteos poco saludables es identificar si estamos frente a un hambre real o ansiedad relacionada a factores emocionales. Las principales diferencias entre ellas son:
- El hambre real es una necesidad que puede cubrirse con cualquier alimento que comamos. Un buen ejercicio es preguntarse: ¿si me dan una manzana o un tomate, lo deseo? Si la respuesta es un “si”, evidentemente es hambre real, pues la misma no diferencia o selecciona alimentos cuando aparece. Si es un “no”, porque quiero una medialuna, un chocolate o una pizza, en realidad, es ansiedad.
- El hambre real aparece de a poco, a medida que van pasando las horas posteriores a la última comida que hayamos ingerido, no surge de repente.
- Generalmente cuando sentimos hambre emocional, el deseo de comer cierto alimento es inmediato, lo queremos “ya”. Si de verdad tenemous hambre, podríamos esperar un tiempo prudencial.
- Si el deseo de comer surge luego de ver una publicidad en la televisión o en una revista, evidentemente estamos frente a un hambre falso, estimulado por factores externos.
- El hambre emocional es muy frecuente cuando pasamos una situación de estrés, enojo, preocupación e incluso felicidad. El castigo, premio o consuelo con un alimento, como el helado, chocolate, dulces en general, o bien, una hamburguesa o cierta bebida alcohólica o gaseosa, es lo más característico de este tipo de “hambre”.
- Cuando sentimos hambre real, después de comer nos sentimos satisfechos y tranquilos; en cambio, cuando tenemos “hambre emocional” muchas veces sentimos culpa o tristeza luego de comer eso que tanto veníamos deseando, digamos que es una contradicción de sensaciones.
Como se puede observar, las diferencias entre la necesidad real de comer y la ansiedad o deseo por ciertos alimentos son claras, una vez que empezamos a conocernos a nosotros mismos frente a estas situaciones, nos resulta más fácil poder manejarlas. Si notamos que últimamente estamos sintiendo más hambre emocional que real, debemos empezar a tomar medidas para evitar un desorden alimentario con consecuencias como sobrepeso u obesidad.
Algunos consejos:
- Tener a mano alimentos saludables ante el deseo de picotear: frutas, frutos secos, gelatina, barras de cereal o cereales, infusiones, etc.
- Evitar estar mucho tiempo frente al televisor o computadora.
- Realizar actividades recreativas, físicas, artísticas, paseos o simplemente aquellos que nos guste hacer como ocio.
- No saltearse las comidas. Esto predispone a sentir ansiedad e incluso, hambre real desmedida.
- Si sentimos que no podemos controlarlo, acudir a la ayuda psicológica de un profesional es la mejor opción.
- Organizar la alimentación diaria y, si es posible, semanal. Esto evitará comprar comidas rápidas u obedecer a la ansiedad por alimentos poco saludables.
Lic. Romina Krauss
M.P.n°147