Cuando la convicción es más fuerte

Cuando la convicción es más fuerte que el miedo a lo desconocido podemos avanzar, construir lo nuevo. Sin embargo muchas veces dejamos que gane lo de siempre. Para qué lo hacemos, y cómo podemos cambiar.
Cuando lo conocí a Fernando apenas se podía parar al hablar, le temblaban las piernas, le transpiraban las manos y la voz se entrecortaba. Se ponía pálido como una hoja en blanco, y miraba hacia abajo, no podía conectar. Pero como muchos de los que hablan poco, Fernando sabía escuchar y estaba altamente dispuesto a cambiar. Él es ejemplo de constancia, fuerza y voluntad ante la adversidad. Su historia es tremenda, dolorosa, y para nada sencilla sin embargo con apoyo, y entrenando sus fortalezas logró reconstruirse, y avanzar.
Como él, muchas personas que fui conociendo, fueron “educadas” o mejor dicho “pre-seteadas” en ambientes llenos de límites, en familias donde no había espacio para lo diferente, donde desarrollar la propia voz estaba prohibido. Desde pequeños los incentivaron a seguir el mismo camino que sus padres, les trazaron un mapa de cómo es el mundo, los instruyeron con códigos ajenos y se encargaron de borrar toda chispa de valentía, ingenio, o creatividad porque a los mayores lo distinto les resultaba temerario.
La pregunta entonces es porqué si las posibilidades de acción son infinitas para todos, porqué eligen o elegimos la ruta de siempre, para qué volvemos a hacer lo mismo cuando pretendemos resultados diferentes. ¿Acaso estamos locos? No señores, estamos demasiado cómodos en lo aprendido, o mejor dicho cómodamente incómodos, ocupando pieles antiguas que no nos pertenecen, máscaras que ocultan quiénes somos, preferimos ir a lo seguro aunque estemos llenos de frustración. Ante todo elegimos protegernos, seguimos en lo mismo porque sentimos que es la única manera de sobrevivir.
A veces las situaciones límites o conflictivas nos obligan a buscar nuevas respuestas, pero aún así, muchos de nosotros sentimos que seguimos atrapados en el exacto y mismo lugar. Sea cual sea el disparador, cuando la convicción de cada uno se vuelve más fuerte que el miedo a salir de lo conocido, cuando a lo lejos nos animamos a ver una pequeña luz encendida, la magia de la transformación personal comienza a ocupar su lugar.
Comparto algunas sugerencias para el camino:
  • Preguntarnos para qué seguimos haciendo lo mismo, no el porqué.
  • Preguntarnos cómo podríamos obtener lo mismo o algo superior de una manera más ecológica.
  • Conectarnos con el valor y la importancia de descubrir quiénes somos, y qué queremos.
  • Tomar acción, dar pequeños pasos, integrando todo lo que somos.
  • Confiar, animarnos a pedir ayuda cuando no podemos solos.
Cambiar entonces no sólo es posible, se vuelve después de un tiempo absolutamente vital y necesario si queremos habitar nuestra piel, y conocer nuestra propia voz. La incertidumbre ante lo que no conocemos siempre va a estar. Tener miedo, muchas veces no sólo es natural, es parte del viaje. Si lo enfrentamos comenzará a disminuir con cada paso, hasta convertirse en un ingrediente más que nos ayudará a estar preparados y evolucionar.

Sol Jouliá

@soljoulia

 www.soljoulia.com.ar

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