Masacre de Panambí, el juicio: la suerte de dos de los acusados se selló en el laboratorio

La investigación por la Masacre de Panambí terminó de sellar la suerte de los acusados en el laboratorio. Fue allí donde se detectó que el material genético hallado en un pasamontañas y una barreta abandonados por los ladrones en la casa de la familia Knack correspondía al ADN del prefecturiano Pablo Julio Paz y al comerciante Juan Ramón Godoy.

Además, se confirmó que la huella de uno de los pulgares de Paz estaba en una de las cajas revueltas por los asaltantes en la residencia del Kilómetro 7 de la ruta 5.
Estos detalles se mencionaron en la extensa lectura del auto de elevación a juicio, primer acto del debate oral que empezó este miércoles en Oberá.
Los peritos revisaron palmo a palmo la casa donde ocurrió la matanza. Hallaron restos de piel y rastros de pisadas con sangre en distintas direcciones, muestra inequívoca de la desesperación de las víctimas para salir de la pieza donde los habían prendido fuego.
Hasta en el tejido había fragmentos de piel.
Otro indicio en contra de Godoy es una pericia hecha a su auto VW Bora, donde encontraron marcas de roce coincidentes con los signos de impacto registrados en un tronco ubicado en un camino vecinal de las afueras de Panambí. En ese paraje fue visto un Bora similar horas antes de la masacre.
La novia de Cristian Knack declaró que el muchacho, desde su cama en la unidad de cuidados críticos del hospital Madariaga, le repetía «por qué nos hicieron esto, no había necesidad» .

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas