Es continuidad o cambio. No hay otras alternativas, en esas dos opciones se condensa la oferta electoral conformada por tres fórmulas de candidatos a gobernador y vice que los 810.000 correntinos habilitados para votar tendrán hoy en los 2.560 cuartos oscuros dispuestos en las 254 escuelas de toda la provincia.
La elección, que definirá el destino de Corrientes tras 18 años de radicalismo, marcará la reanudación del calendario electoral nacional que tiene estipulado para el próximo 22 de octubre las elecciones legislativas.
A priori, la compulsa de hoy se vislumbra muy reñida y polarizada entre el radical disciplinado Gustavo Adolfo Valdés (ECO+Cambiemos) y el peronista moderado Carlos Mauricio Espínola (Corrientes Podemos Más).
El tercero en competencia es el macrista puro Sebastián Ríos Brisco (Proyecto Popular), que según los pocos sondeos de opinión que se dieron a conocer no lograría perforar el 2% de los sufragios.
Así las cosas, el segmento de indecisos que hasta hace una semana rondaba entre el 7 y el 10% sería decisivo para inclinar el resultado de las urnas (ver página 4).
Aunque parezca un contrasentido, Valdés, que ha recibido el apoyo del gobierno de Mauricio Macri, no encarna el cambio. Tiene el slogan de Cambiemos, pero hasta su compañero de fórmula (Gustavo Canteros) es de segunda mano.
Jaqueado el espíritu de Cambiemos por los 16 años que el apellido Colombi lleva en el poder, el actual diputado nacional Gustavo Valdés tuvo que sortear el brete en el que quedó entrampado, con otro mensaje de campaña: “Somos un equipo” y “Una gran oportunidad”. Sin votos ni predicamento, el candidato traccionó su esperanza en la figura de Horacio Ricardo Colombi, su mentor, y en el Gobierno Nacional mediante la propuesta de “alineación” directa: Nación, Provincia, Municipio. La alianza oficialista ya ganó en junio pasado las elecciones municipales en la Capital, el principal distrito de la provincia, un antecedente firme, pero escasamente determinante a la hora de evaluar los nombres de los competidores: Fabián Ríos y Eduardo Tassano.
Mauricio Macri jugó fuerte en el distrito, hasta la última semana hizo una pasada por la provincia (en el Iberá, su gran desvelo) y compartió escenario con Colombi, del que volvió a burlarse sin misericordia. Casi todo el Gabinete nacional paseó por Corrientes, sin embargo pese al despliegue, la Casa Rosada arriesga poco, tiene calculado el provecho y la contingencia del resultado electoral. Un triunfo le daría la oportunidad de abonar el mensaje del cambio, exponiendo el pasado kirchnerista de Carlos “Camau” Espínola; como contrapartida una derrota no haría mella a su imagen, el peso electoral de Corrientes en el concierto nacional es nulo. Además le permitiría sacarse de encima una administración (radical) que sólo acumula estadísticas negativas y no para de pedir.
Aunque Valdés es la apuesta de Macri (él lo pidió), sabe que detrás está Ricardo Colombi, el gordito que se está llevando todo a la panza, hasta el Tamborcito de Tacuarí, según lo cargó en público en Concepción. Paradójicamente, los socios de Macri aquí no representan lo que su gobierno pregona.
Carlos Espínola, que tiene muy buena imagen, pasado borrascoso y un partido indómito que no lo termina de digerir como líder, encarna el cambio en Corrientes. No le será difícil ponerse de acuerdo con la Casa Rosada y ya hizo gestos en ese sentido. Lleva como compañero al cómico Nito Artaza, un radical de buena relación con Massa, que le dio a la fórmula un empuje inesperado. Ambos tienen, por sí, el marketing que Valdés-Canteros no consiguen si no es a orillas de Colombi.
La tercera fórmula es macrista, con sello prestado, Sebastián Ríos Brisco, fundador del PRO en Corrientes que tuvo que hacer rancho aparte para forjarse una candidatura. Lo acompaña Lorena Macri, una pariente lejana del Presidente que vive en Corrientes. Se definen como los genuinos intérpretes de Cambiemos y despotrican contra el radicalismo y ECO. “Son socios por conveniencia”, dice Ríos Brisco, y afirma: “Nosotros somos el cambio”.
Y de eso se trata la elección de hoy en Corrientes: elegir algo nuevo o lo que ya se conoce. (L.A.S).s