Las diez frases que nunca hay que decir en una entrevista laboral

Cuáles son las palabras y los comentarios que no quieren escuchar los reclutadores a la hora de contratar a un nuevo ejecutivo.

Por lo general, uno sabe cuándo arruina una entrevista. Si en la conversación se admite que no se está calificado, se cuenta una anécdota particularmente no profesional o se logra ofender al reclutador o al jefe de contrataciones, no es una sorpresa si no lo vuelven a llamar.

Sin embargo, muchas veces la persona sale de una entrevista sintiéndose muy bien y después se entera de que no va a seguir avanzando en la búsqueda o, algo peor, no tiene más noticias. En situaciones como ésas puede preguntarse: ¿qué fue lo que hice mal? A continuación, algunas de las frases que no hay que decir en una entrevista de trabajo.

«REALMENTE QUIERO ESTE EMPLEO»

Es un hecho que los reclutadores quieren ver pasión y entusiasmo en sus candidatos, pero hay una manera correcta y una equivocada de mostrarlo. Uno puede buscar demostrar su interés, pero en realidad esa frase «suena un poco desesperada, y la desesperación no se ve bien en ningún contexto», dice Zachary Painter, asesor de carreras y jefe de contrataciones en ResumeGenius.com. «Uno quiere verse confiado y competente, no como un solicitante desesperanzado que busca un medio para un fin.» Una opción es decir: «Estoy muy entusiasmado porque me llamó a una entrevista y quisiera hablar de los detalles del cargo», aconseja Painter.

«COMO YA DIJE…»

Puede parecer inocuo, pero «sea que haga referencia a una situación usada previamente o sólo esté reiterando una capacidad o un logro, la frase implica que el entrevistador no estaba escuchando. Aun peor, hace ver al candidato como que no tiene experiencia o capacidades significativas, dado que tiene que repetir la información», dice la asesora de carrera Donna Shannon. ¿Una manera fácil de evitar esto? Pensar algunas situaciones a las cuales recurrir. «Un buen ejercicio antes de la entrevista es revisar la descripción del puesto de trabajo y escribir historias significativas para cada una de las responsabilidades. De este modo, cuando el empleador pregunte sobre una situación similar, el candidato tiene historias de calidad a mano», dice Shannon.

«SOY UN TRABAJADOR ESFORZADO, APRENDO RÁPIDO, ETC.»

Uno puede creer que palabras como éstas le suenan bien al reclutador, pero éste tiene suficiente experiencia como para saber que no tienen sustancia. «Éstos son clichés que no significan nada. No describen lo que lo hace especial o incluso si encaja con la compañía» dice Aurora Meneghello, asesora de carrera y fundadora de la consultora Repurpose Your Purpose.

«¿QUÉ PROBABILIDADES HAY DE QUE ME CONTRATEN?»

Hay que decir las cosas como son. Esto probablemente sea lo que tendrá en mente un candidato las 24 horas al día durante todo el proceso de contratación. Pero sólo porque se muere por preguntar no significa que deba hacerlo. «Si pregunta esto puede apostar a que sus probabilidades son cero, esto va más allá de la desesperación y ya entra en territorio «patético»», dice Painter. En cambio, recomienda decir algo así como: «La perspectiva de trabajar aquí realmente me entusiasma y creo que encajaría bien en su equipo de trabajo».

«NO ME LLEVABA BIEN CON MI JEFE»

Ésta es una frase negativa que querrá evitar en particular. Cuando contrata un nuevo miembro del equipo, el jefe de contrataciones quiere asegurarse de que la persona que traigan se llevará bien con los empleados actuales. «Esto lo hace ver desagradecido, resentido y que es difícil trabajar con usted», dice la asesora de carrera Jean Viviano. En cambio, pruebe decir algo como «estuve los últimos dos años en la compañía X y aprendí mucho. Pero estoy buscando algo que tenga más potencial para crecer», sugiere Viviano. «La clave está en concentrarse en la oportunidad por delante, no lo que deja atrás.»

«SOY UN PERFECCIONISTA»

Casi no hay reclutador que no haya escuchado esta respuesta que hace alzar los ojos a la pregunta: «¿Cuál es su mayor debilidad?». «Es un cliché y muestra que no hizo los deberes», dice Klimkiewicz. Cuando los reclutadores preguntan respecto de aspectos en los que puede mejorar en realidad tratan de ver «si es consciente de sus limitaciones», asegura Viviano. «Al contestar así suena inauténtico, pomposo y como que no ha pensado en sus debilidades. Hable de una debilidad real. Podría ser que deja pasar las cosas, que no habla bien en público, flojo en el análisis de datos. No importa de qué se trate, asegúrese de que no sea crucial para el éxito de su trabajo y siempre explique cómo está tratando de mejorar», recomienda Viviano.

«¿CUÁNDO PUEDO EMPEZAR?»

Quizás haya visto a un personaje tranquilo y confiado decir esto en una película o en la TV, lo que resultó en una risotada del jefe de contrataciones y la seguridad de que tiene el empleo. Pero eso sólo demuestra que no debe creer lo que ve en el cine. «Tal pregunta por lo general viene al final de una entrevista que salió bien. Pero suena arrogante, poco profesional y presumida», dice Painter. Como sustituto, Painter recomienda decir: «Gracias por la entrevista. Espero saber de ustedes pronto»

«EH.»

¿Quién no ha tenido un momento en el que la mente se le queda completamente en blanco en medio de una entrevista? Les sucede incluso a los veteranos más experimentados, pero hay mejores maneras de manejarlo que decir «Eh.» seguido de una pausa incómoda.

La clave es sonar reflexivo en vez de que tiene la cabeza vacía. «Tratar de llenar el silencio con palabras como eh lo hace ver como que está buscando algo que decir. Si necesita más que unos segundos diga: Gran pregunta. Déjeme pensar un momento. De este modo aparecerá como calmo y en control en vez de nervioso» sugiere Klimbiewicz.

«ESTE. CREO. / USTED SABE.»

Junto con «eh», éstas son unas cuantas palabras de relleno que no deben utilizarse en una entrevista de trabajo. Según la asesora de carrera Jean Viviano, «lo hacen sonar inseguro y tonto. No es una combinación ganadora para una entrevista.» Por supuesto que no estará diciendo esas palabras a propósito, por lo que el primer paso es ser consciente de cuándo y con qué asiduidad las dice.

«La práctica es clave aquí. Grábese respondiendo un simulacro de entrevista para ver cuánto usa estas palabras. Luego busque mejorar. También erradique frases pasivas como «creo» y «usted sabe» con afirmaciones más confiadas y orientadas», dice Viviano. «Esto aumentará su confianza y lo hará sonar más impactante para el jefe de contrataciones».

«NO TENGO NINGUNA PREGUNTA PARA HACER»

Los reclutadores no están siendo amables cuando preguntan si quiere saber algo sobre la compañía o el cargo por el que se está pujando.

«Parte del motivo por el que los jefes de contrataciones hacen esta pregunta es para evaluar el interés y conocimiento que tiene el candidato sobre la compañía a la que quiere entrar. Si realmente le importa el puesto tendrá preguntas que llevarán a una conversación fructífera», dice Painter.

No hay límite a las buenas preguntas que puede hacer, pero Painter recomienda un par: «¿Puede decirme algo de los desafíos que enfrenta actualmente su departamento y cuál es la estrategia del equipo para estas cuestiones?» y «¿Cómo medirá el éxito en este cargo?».

 

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