“Arqueología de un refugio nazi”, un libro sobre el Teyú Cuaré

El mito fue construido en la década de 1970 y desde entonces perdura en el imaginario colectivo de la zona de San Ignacio. Allí, en un refugio de piedra en medio del monte que cubre el Teyú Cuaré, vivió Martin Bormann, uno de los más importantes jerarcas nazis. El mito perdura, pero no es más que eso, un mito que la investigación de Daniel Schávelzon y Ana Igareta desmontan con bases sólidas en “Arqueología de un refugio nazi en la Argentina”.
El libro, que reúne la investigación realizada por un equipo de especialistas en arqueología y otras disciplinas afines, fue publicado por Paidós y permite reconstruir la historia del famoso refugio de piedra del Teyú Cuaré.
En cierta forma, la investigación es mucho más que un trabajo arqueológico, ya que los profesionales participantes indagaron en fuentes diversas que permitieron elaborar una visión de conjunto sobre las edificaciones. En primer término, se reafirma que allí nunca vivió Martín Bormann, simplemente porque los estudios de ADN ya confirmaron que el jerarca nazi falleció en Berlín, durante la ocupación de las tropas rusas, en 1945.
A partir de allí, todo es novedad para el conocimiento científico del lugar. Las tareas consistieron en la identificación de espacios en el territorio, ya que se trata de un conjunto con varias edificaciones y de un trabajo de búsqueda y análisis de los objetos encontrados. Ello permitió, en primer lugar, establecer que el refugio se construyó a mediados de los ’40, época que coincide con la derrota de Alemania y la fuga de decenas de jefes nazis. En segundo lugar, se logró establecer, en especial gracias a los restos materiales encontrados en algunos pozos de basura, que el sitio tuvo diversas etapas de ocupación.
Por lo pronto, y sin poder confirmar quiénes y para qué construyeron el sitio, sí queda claro que se trató de un refugio de características únicas en Latinoamérica, cuya vinculación con el territorio estaba dado por una rápida salida hacia al Paraguay. A partir de allí, se pueden tejer diversas teorías, entre las que se encuentra, claro está, la posibilidad de que el lugar haya sido, realmente, un refugio para un (o varios) jerarca nazi, pero de ninguna manera ese fue Bormann.
Como dato complementario, se pudo confirmar que durante los años ’60 y parte de los’70, el lugar fue utilizado, en forma clandestina, por fuerzas de seguridad. El motivo de esta ocupación pudo haber estado relacionado con el contrabando, situación que se mantuvo vigente hasta que estalló un conflicto interfuerzas que desembocó en el abandono del lugar y en la construcción del mito de Bormann en Misiones. Es que fue personal de Prefectura Naval la que condujo a un periodista de la revista Gente hasta el sitio y le “vendió” la historia del jerarca nazi oculto en la selva. Aquella nota apareció en la tapa de la revista N° 594 del 9 de diciembre de 1976, cuya imagen central fue el anuncio (también falso) de la muerte de Norma Arrostito, una de las líderes de Montoneros.
En definitiva, estamos ante un libro en muchos aspectos revelador cuyo mérito principal es hacer de un tema científico, algo ameno para la lectura. Como complemento, la obra incluye mapas, croquis y fotos muy ilustrativas del lugar y de los objetos allí encontrados.

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