La economía consolida su crecimiento pero sigue generando dudas y la campaña política en Misiones se polariza en torno a los frentes

Como nunca antes durante el Gobierno de Macri, la economía aporta datos positivos que alientan a los popes de campaña de Cambiemos a incorporar con cada vez mayor fuerza la dimensión económica a la campaña electoral, sin embargo –y por más contradictorio que parezca- el contexto también arroja números preocupantes que siembran dudas respecto a la sustentabilidad del rumbo económico a mediano plazo.

El jueves el INDEC difundió el Estimador de la Actividad Económica (EMAE) correspondiente a julio que marcó un aumento interanual de 4,9% (la mayor magnitud en 25 meses), lo que implicó un incremento acumulado en siete meses de 2,1 por ciento. El dato desestacionalizado reflejó una suba de 0,7%, el tercero consecutivo. En definitiva, se trata de un anticipo muy positivo de lo que será el cálculo del PBI del tercer trimestre.

El número de julio marcó el pico de actividad económica para todo el gobierno de Macri, sin embargo, según la serie desestacionalizada, está  cinco décimas por debajo del punto más alto de 2015.

La interpretación de los economistas del Gobierno es que la economía está superando su etapa más traumática e inicia un camino de crecimiento, mientras los menos optimistas hablan de un rebote.

El miércoles el INDEC le regalaba otra buena noticia a Macri: el Estimador Mensual Industrial (EMI) registraba en agosto un crecimiento interanual de 5,1 por ciento en relación a igual mes del año pasado.

En el acumulado de los primeros ocho meses, el EMI creció 1,4% en comparación al mismo período del año anterior, pero se mantuvo bastante por debajo de los números del período enero – agosto de 2015. En 2016 la industria sufrió una caída acumulada de 4,2% en los ocho meses iniciales del año, terreno que todavía no recuperó a pesar del repunte mostrado este año.

Con esta suba, el EMI ya va por su cuarto mes de crecimiento consecutivo en 2017. La primera suba fue en mayo, cuando sorprendió con una mejora interanual de 2,7%. En junio se dio un despegue de 6,6% y en julio marcó una suba de 5,9%, antes de llegar al 5,1% de agosto.

El otro sector que evidenció brotes verdes fue la construcción. El Indicador Sintético de la Industria de la Construcción (ISAC) registró un aumento acumulado en lo que va del año del 9,5% respecto a igual período del 2016. La mejoría que se da en el ámbito de la construcción sigue siendo traccionada en gran medida por la inversión en obra pública. De esto da cuenta una suba del 74% en el consumo de asfalto, en agosto comparado en el mismo mes del año pasado.

Pero no todas son rosas para la economía de Cambiemos. El déficit fiscal sigue creciendo, así como la toma de deuda; la balanza comercial marcó un rojo histórico y el consumo en supermercados no para de caer, mientras que el presidente del Banco Central ya anticipó que continuará aplicando una política monetaria restrictiva para contener la inflación, lo que quiere decir que las tasas de interés se mantendrán altas.

El dato negativo más saliente de la semana tiene que ver con las cuentas del intercambio comercial argentino de agosto: en los primeros ocho meses de 2017 Argentina acumuló un déficit de balanza comercial de 4.498 millones de dólares, la cifra más alta para ese período en toda la historia. Según el INDEC, las exportaciones cayeron 9,2%, a 5.228 millones de dólares y las importaciones aumentaron 24,9%, a 6.311 millones de dólares, en ambos casos en comparación con el año anterior.

En materia de exportaciones, las estadísticas dieron cuenta de sendas caídas del 4,7% y 4,8% en los precios internacionales y cantidades de productos despachados al resto del mundo, en contraste con las compras que se encarecieron en 4,4% y se incrementaron 19,7% en volumen.

Como suele ocurrir en Argentina, una vez difundido el dato, se desató la batalla por el significado. El presidente del Banco Nación, Javier González Fraga, quien pasó por Misiones el jueves y viernes últimos, intentó minimizar la carga negativa del dato atribuyendo el incremento de las importaciones a compras de bienes de capital, lo que estaría reflejando un repunte de la inversión orientada a la producción y a la generación de puestos de trabajo.

A favor de esa interpretación, el INDEC señala que las importaciones de bienes de capital fueron las que más crecieron en términos porcentuales, lo hicieron en 42 por ciento en dólares, muy encima del incremento promedio de las importaciones que fue de menos de 25 por ciento.

El problema con esa lectura es que no aporta una explicación para el aspecto más negativo que muestra el comercio exterior argentino, que no es el incremento de las compras, si no la caída de más de 9 puntos en las exportaciones.

En su paso por la provincia, el presidente del Nación reconoció que las exportaciones no se recuperarán en tanto el tipo de cambio no sea más competitivo y que eso no ocurrirá hasta que no se elimine el déficit fiscal, lo que -en el mejor de los casos-llevaría varios años, según reconoció el propio funcionario.

El déficit fiscal financiero, es decir la diferencia entre los ingresos y egresos –contemplado el pago de intereses de la deuda- que tiene el estado nacional medida en relación a su PBI, aumentó del 4,8 por ciento en 2015 al 5,3 por ciento en 2016, según la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP).

En lo que va de 2017 el problema estuvo lejos de superarse, según la ASAP en el primer semestre el déficit fiscal aumentó más de 90 por ciento medido en términos nominales, es decir sin considerar la inflación ni la variación del PBI y para 2018 se prevé una leve baja que se lograría gracias a un aporte extraordinario de 20 mil millones de pesos del Banco Nación.

Otro aspecto negativo de la economía argentina es el consumo. El INDEC dio cuenta de una caída en ventas en supermercados de 2,1% en julio frente a igual mes del año pasado, medida en cantidades vendidas. Los datos del organismo estadístico no permiten determinar la magnitud de la caída acumulada en los primeros siete meses del año ya que recién comenzó a ofrecer sus mediciones en términos reales en abril. Los cuatro datos disponibles muestran mermas respecto a los mismos meses de 2016, que a su vez también señalan caídas en relación a 2015.

El crecimiento de la deuda pública es otro de los datos señalados con insistencia por los analistas más críticos del gobierno de Macri. Los números muestran que en 2016 el sector público nacional emitió bonos en moneda extranjera por 34.652 millones de dólares, mientras que en ocho meses de este año lo hizo por 44.155 millones y prevé colocar otros 2.600 millones antes de las elecciones de octubre. A ello se suma la oferta de Letes, también del Tesoro nacional, por unos 15.000 millones de dólares.

Este contexto en el que los brotes verdes prometidos por el Gobierno nacional comienzan a verse con más fuerza, al tiempo que persisten tendencias negativas que siembran dudas respecto de la sustentabilidad del modelo que se intenta consolidar, dejan en claro que el camino hacia el orden  que pretende transitar el equipo de Macri será largo y con resultados todavía inciertos.

El crecimiento de la economía empieza a ser más sostenido y pronunciado, pero será necesario que acompañen el mercado interno y el sector exportador y con ello aumenten los ingresos fiscales. Así se podrá romper el círculo vicioso que alimenta el déficit fiscal y obliga a tomar deuda, sin necesidad de recurrir a la conocida receta del ajustazo.

Competencia de marcas

Como en las carreras de Turismo Carretera en la que importan más las marcas de los autos que los nombres de los pilotos –la eterna rivalidad Ford-Chevrolet es la principal razón de ser de la categoría- el electorado misionero se identifica cada vez más con los frentes políticos y lo que representan, que con los nombres propios que integran las listas.

En Misiones ello se explica porque a más de 15 años de la hecatombe que significó para los partidos tradicionales la megacrisis 2001, vuelven a competir espacios consolidados que lograron recuperar –al menos en buena parte- el prestigio y la representatividad que había perdido la política en el aciago comienzo de la década pasada.

Luego de tres mandatos y medio al frente del Ejecutivo y otros tantos años con mayoría en el Legislativo, el Frente Renovador construyó una historia basada en actos de gobierno que es valorada por los misioneros por encima de los nombres que presenten sus listas.

Por el otro lado, Cambiemos supo construir una identidad directamente ligada a la figura de Macri y a su gobierno, lo que le alcanzó para romper hegemonías políticas históricas en provincias como Neuquén, San Luis y Córdoba y crecer en Misiones en detrimento de otras fuerzas opositoras a la renovación.

Por otra parte, las últimas encuestas que se realizaron en la provincia demuestran un alto grado de desconocimiento de los candidatos a concejal que presentaron los distintos sublemas en las ciudades en las que compite esa categoría. Destacan además que las dos figuras políticas misioneras mejor valoradas por el electorado son el gobernador Hugo Passalacqua y su vice Oscar Herrera Ahuad, ninguno de los cuales compite como candidato en las elecciones de octubre.

El resultado de este crecimiento en la identificación con las fuerzas políticas antes que con los candidatos en pugna, derivó en una polarización a favor del Frente Renovador y Cambiemos en detrimento de las demás fuerzas, lo que derivó en una competencia cerrada en Posadas, aunque en el interior se prevén resultados muy parecidos a los de las PASO, en las que la Renovación se impuso en 69 de los 75 municipios.

Lejos de restringirse a Misiones, la tendencia parece ser denominador común en varias provincias. En una editorial publicada recientemente en un medio porteño, el reconocido consultor político Mario Riorda dice que “durante el último cuarto del siglo pasado, en la era dorada de los partidos políticos, había una alta identificación con ellos. Ya no. Incluso en las encuestas se había desterrado la lectura de la intención de voto por partido porque no explicaba nada. Pero vaya paradoja: en esta elección esa medida explicó más que la intención de voto por persona, especialmente donde Cambiemos propuso candidatos desconocidos. El voto estaba definido previamente, era a los espacios políticos”.

Producto de esta consolidación de los espacios políticos en Misiones, se percibe una campaña más limpia de chicanas y golpes bajos, pero también limpia de pegatinas, pasacalles y carteles. Ocurre que los candidatos son conscientes que la gente los elegirá primero por el espacio político al que representan y luego por las propuestas que enuncien, el compromiso de trabajo que puedan demostrar y –con cada vez mayor importancia – el grado de contacto que puedan establecer con el ciudadano.

Las encuestas demuestran que cada vez más gente define su voto por razones relacionadas a lo emotivo, de allí la necesidad de saber llegarle al votante y de allí también el liderazgo que construyeron Passalacqua y Herrera Ahuad en base a cercanía con las personas.

Más gestión, menos campaña

Una de las características de este nuevo escenario político es que las campañas proselitistas tienen cada vez menos incidencia en la definición del voto. Con casi 35 años de democracia en el lomo, el pueblo misionero ganó la madurez necesaria para valorar los hechos y a descreer de las promesas. Los votos ya no se ganan con explosiones verborrágicas de campaña, sino construyendo una imagen en base a trabajo y a contacto con la gente en el día a día, durante todo el año.

Consientes de eso, tanto desde el gobierno provincial cuanto del nacional, se esfuerzan por demostrar que la campaña electoral no disminuyó su ritmo de trabajo orientado a la gestión.

En Misiones eso se tradujo esta semana en la inauguración de la nueva estación de transferencia ubicada sobre avenida Quaranta, que permitirá avanzar en el grado de integración del sistema de transporte urbano, en la continuidad de obras viales en distintos puntos y en la licitación de un nuevo edifico municipal para Puerto Iguazú.

Misiones pesa en el Congreso

La sanción por unanimidad en Senadores y por amplísima mayoría en Diputados, de la nueva Ley Nacional de Feriados, propuesta por el diputado Maurice Closs, brindó una clara muestra de los beneficios de tener un bloque propio en el Congreso. Parados fuera de la grieta en la que se dirime la política del país central, los legisladores misioneros consiguieron un amplio consenso a favor de una ley que beneficiará directamente al turismo.

Closs hizo valer su trayectoria como ex gobernador y sus conocimientos no sólo del sector turístico, sino de la actividad productiva en general para respaldar una ley que servirá para potenciar el turismo, sin afectar a otros sectores de la economía. La norma dispone la misma cantidad de feriados actuales, ordena en forma clara cuales son inamovibles, cuales son móviles, el criterio de la movilidad y como novedad faculta al Poder Ejecutivo Nacional a establecer hasta tres días feriados puente o eventualmente días no laborables.

En el plano provincial, la tarea legislativa también rindió buenos frutos. En la sesión del jueves se convirtió en ley un proyecto orientado a unificar criterios en cuanto a instrumentación de sistemas para controlar la velocidad en rutas que pasan por zonas urbanas. La normativa abarca desde lomos de burro, hasta radares láser y otros instrumentos electrónicos, los que deberán ser homologados por los organismos correspondientes

Además, obtuvo sanción la iniciativa presentada por el legislador Roberto Chas Roubineau, para modificar el Régimen de Jubilaciones, Pensiones y Servicios de Obra Social para el Personal de la Administración Pública Provincial, con el objetivo de actualizar la legislación que rige a los beneficiarios del servicio de Obra Social del Instituto de Previsión Social (IPS), adecuando su funcionamiento a las pautas prestacionales actuales.

En los fundamentos Chas Roubineau expresa que con esta modificación el IPS se convierte en el “único prestador que permite el ingreso de familiares a cargo con aporte”, brinda además cobertura a los hijos que estudian hasta los 28 años de edad; a los menores amparados bajo el régimen  de protección de personas y aquellos dados en guarda.

Entre los temas de fondo en los que viene trabajando la Cámara de Diputados, se destaca el proyecto de municipalización de Pozo Azul. “Se están estudiando las mejores opciones para que sea municipio solvente y pujante económicamente”, se informó desde el legislativo.

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