Misiones despidió los restos de Ivonne Pierron, la religiosa signo de lucha y amor al prójimo

Ayer despidieron en Pueblo Illia los restos de Ivonne Pierron, quien estaba viviendo en Posadas desde hace 8 años con la familia que la cuidaba. Fue sepultada allí por un pedido que había hecho la religiosa hace muchos años a sus allegados. Cumpliendo con su voluntad este viernes, bajo una copiosa lluvia Misiones y ese paraje lloraron la despedida de la luchadora de los derechos sociales y símbolo de los derechos humanos.
En sus últimos años, el Alzheimer había hecho que dejara de reconocer a sus allegados.
A su despedida asistieron el gobernador, Hugo Passalacqua, el vicegobernador Oscar Herrera Ahuad, la ministra de Derechos Humano, Lilia Marchesini, miembros de comunidades Guaraníes, funcionarios provinciales  y la comunidad local.

La religiosa dejó de existir a  los 89 años. Fue este jueves en la casa de la familia que la cuidaba en el barrio Santa Rita de Posadas. Es la misma familia en cuya residencia se instaló en 1987, cuando se instaló en la zona rural de Dos de Mayo.
“Ella cuando volvió a la Argentina en 1984, primero fue a Montecarlo, pero finalmente terminó en Dos de Mayo, donde siguió haciendo su trabajo de evangelización y ayuda a los que más necesitaban”, contó Sonia Mendoza, una de las dos hijas de Matilde Gerseli, la mujer que en el 87 recibió a Ivonne en su hogar en Dos de Mayo y desde ese momento la hermana pasó a ser una integrante más de la familia.

 

Entrega, lucha y amor al próximo
Ivonne refleja un concepto de lucha, servicio y amor al próximo. En Misiones logró ver plasmado en logros concretos ese permanente trabajo que hacía por los que más necesitaban.
Nacida en Alemania en 1929, a los 17 años decidió incorporarse a las Misiones Extranjeras, ya con la profesión de Enfermera. Cuando vino a la Argentina lo hizo acompañada de sus pares Alice Domón y Léonie Duquet, quienes fueron secuestradas y sometidas a las torturas de ESMA, tortura que terminó con las hermanas arrojadas al mar en 1977. Ivonne logró exiliarse con la ayuda del gobierno francés y volvió a la argentina a la vuelta de la democracia.
Ramón Martínez Enríquez es el misionero que sugirió a la hermana venir a Dos de Mayo, el abogado la conoció en una de las misiones que realizaba la hermana en Nicaragua. Cuando Ivonne volvió a la Argentina se contactó con Ramón y finalmente por su sugerencia y autorización del obispado, terminó en esa localidad. Pueblo Illia fue una de las colonias que la hermana recorría, enseñando, evangelizando y brindando toda la ayuda que podía conseguir.

En diálogo con Misiones Online, Ramón recordó a su amiga no solo con mucho cariño, sino como un verdadero símbolo de amor. “Ella refleja la lucha constante, el dar y desprenderse de lo material. Ella siempre tuvo posibilidad de recibir mucho, pero todo lo que recibió lo dio, lo brindó al que más necesitaba”, recuerda su amigo quien además cuenta que siempre hizo este trabajo a donde fuera que esté, “Por los lugares que pasó: Nicaragua, la misma Francia, Morón Buenos Aires, Neuquén, en todos lados ella hizo un fuerte trabajo social”, evocó.

 

Un hogar y un colegio llevan su nombre en Pueblo Illia, su lugar en el mundo

Silvia Agelín es la persona a quien la hermana dejó encargada del hogar que fundó en Pueblo Illia, la joven la conoció cuando tenía 15 años. “Gracias a la hermana terminé mis estudios, lo mismo que hoy hacemos en el hogar fundado por ella, nos brindarnos para que muchos chicos puedan estudiar”, contó la mujer que hoy junto a su esposo Rubén comandan un hogar que Alberga alrededor de 20 chicos y adolescentes.
La escuela de la colonia también lleva el nombre de Ivonne Pierrón, es el lugar que tiene sellado no solo su nombre, sino su ser, su impronta, su trabajo,  el lugar donde la hermana pudo ver concretado gran parte de todo su trabajo social. “Es su lugar en el mundo”, cuenta la joven entre lágrimas y asegura que Ivonne les dejó una gran enseñanza, entrega y amor al prójimo casi imposible de imitar.

 

 

 

 

 

 

El cielo la lloró
La religiosa fue sepultada pasadas las 15.30, el cielo misionero la lloró a la par de quienes tuvieron la suerte de conocerla y conocer su amor incondicional e inconmensurable.
“Ivonne no se fue, ella hizo todo para que su lucha y su entrega vivan por siempre entre nosotros”, manifestó Silvia Agelín.

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