González Fraga anticipó que las asimetrías van a persistir varios años más

El gerente del Banco Nación y una de las voces más escuchadas en materia de economía en el Gobierno nacional, Javier González Fraga, afirmó que el problema de las asimetrías de frontera va a persistir hasta que Argentina logre un equilibrio fiscal y bajar su inflación y anticipó que eso requerirá varios años. El economista pronosticó un incremento importante en la demanda del sector forestal y defendió el camino del gradualismo, como el único sustentable desde el punto de vista político.

El titular del Banco Nación reconoció que el problema de las asimetrías de frontera no va a tener una solución rápida. “Va a haber que convivir con ellas hasta que se logre el equilibrio fiscal y se baje la inflación. Cuando tengamos la situación fiscal y la inflación de Paraguay vamos a poder competir con Paraguay. No podemos tener de vecinos países que tienen 3 por ciento de inflación y una situación fiscal ordenada desde hace 15 años y no tener asimetrías. Vamos a tener que entender que el arreglo de fondo de esta situación lleva tiempo pero estamos por el camino correcto para solucionar estos problemas de frontera”, expresó.

Consideró que el actual es el primer gobierno que lleva adelante una política económica capaz de romper con “la sucesión de populismos que se basaban en el endeudamiento externo, en precios récord de exportaciones o en privatizaciones, es decir que estaban financiados por algo que era insostenible en el tiempo y que eran seguidos indefectiblemente por un ajuste despiadado”.

“En los últimos 70 años vimos populismos con música de izquierda o de derecha, o algunos con marcha militar que se basaban en el atraso cambiario, porque atraso cambiario en un país que exporta alimentos genera suba de salario real, se ganan elecciones con atraso. Después cuando venía la crisis venía el shock, venían los ajustadores, llevaban el tipo de cambio 300 por ciento por arriba, generaban alguna política de estabilización y a la larga venía factura social y la factura política porque eso genera pobreza y volvían los populismos”, señaló.

Desde ese punto de vista defendió el gradualismo. “Eso no significa hacer lento lo que se puede hacer rápido, es no tomar atajos, no hacer cosas que no son sostenibles en el tiempo y no hacerle pagar a los que menos tienen el costo del ajuste, eso además de inmoral es costoso políticamente. La mejor política económica es la políticamente sustentable, porque la otra significa cuatro pasos para adelante y ocho para atrás, esto me crea problemas con los ortodoxos que dicen que hay que bajar el déficit fiscal ya mismo, echar a un millón de empleados públicos, así no funciona, no se pueden hacer los ajustes a costa de los que menos tienen. Es la primera vez que veo que hay una decisión política de ir por el camino del medio, por eso critican por izquierda y por derecha, pero es el único camino sustentable”, consideró.

Destacó el compromiso asumido por el Gobierno nacional de utilizar madera como material de base en al menos 10 por ciento de las casas construidas por medio de planes de vivienda, pero fue más allá y anticipó que si la foresto industria de la región demostrara estar a la altura del desafío, el porcentaje podría ser mayor. “Creo que ese 10 por ciento hay que tomarlo como un mínimo, porque si seguimos con la obra pública a este ritmo no va a alcanzar el cemento y las casas de madera tienen buena fama en todo el mundo”, indicó.

Advirtió que otro factor que va a impulsar la demanda de madera en la construcción tiene que ver con hecho de que el banco comenzó a considerar como un inmueble a las casas de madera, lo que permite que este tipo de construcciones puedan ser hipotecadas y con ello se pueda construir una casa de madera con un crédito hipotecario.

Señaló que uno de los temas pendientes para aprovechar las oportunidades que se plantean a partir estos factores es romper con la tradición según la cual una casa de madera sería de menor calidad que una de otro material. “En Argentina lamentablemente todavía tenemos esta cultura de que la gente golpea paredes para ver si son macizas, eso es una cultura que va a cambiar cuando se vea la facilidad de construcción que ofrece la madera. Vamos a tener casas de madera como se ven Europa o en Estados Unidos. Hay un enorme futuro por delante para este sector”, indicó.

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