Según contó su madre, un día antes de la tragedia, el martes en la tarde, Hiromi había ido al ginecólogo y éste le dijo que todo «estaba bien, que Julieta venía bien», pero que debido al tamaño de la niña era posible que el parto se adelantara.
Hiromi ingresó al hospital el miércoles en la mañana «por un dolor en el estómago».
Según detalló Univisión, poco antes de la medianoche de ese día, los médicos le informaron que, aunque intentaron salvarla, la bebé Julieta, de poco más de ocho meses de gestación, había fallecido.
Hiromi estaba en condición crítica, inconsciente y nunca supo lo ocurrido con su bebé.
Las horas siguientes fueron una pesadilla. Cada vez que los médicos salían de la sala de cuidado intensivo, las noticias empeoraban. En tres ocasiones su corazón se detuvo y requirió resucitación cardiopulmonar. Había perdido demasiada sangre y urgía conseguir donantes de plaquetas.
Su marido recurrió a las redes sociales para hacer un pedido desesperado:
«Por favor, por lo que más quieran, necesito donadores de plaquetas para mi esposa… Les suplico que vengan y ya acá les dirán si pasan o no, pero ahora sí necesito de ustedes para salvarle la vida», escribió.
Los médicos volvieron a operarla. Tenían que controlar la hemorragia y lo lograron. Sin embargo, la artista sufrió un cuarto paro cardíaco y, aunque por dos minutos recuperó los signos vitales, se trató de una falsa esperanza. Finalmente, Hiromi Hayakawa falleció.
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