El enfoque del paisaje como estrategia de conservación, usos de suelos agropoductivos y protección del ecosistema

En su columna mensual, el vicepresidente del Colegio de Ingenieros Forestales de Misiones, Jaime Ledesma, analiza los desafíos globales de conservación y gobernanza de los recursos naturales para avanzar hacia un desarrollo rural sostenible, con reflexiones sobre el aporte que pueden hacer los ingenieros forestales en el enfoque de paisajes.

 

Los países que forman parte de la Convención sobre la Diversidad Biológica, en el año 2010, se comprometieron a restaurar el 15% de los ecosistemas degradados del mundo para el año 2020, lo que podría incrementar la “resiliencia” de tales sistemas frente al cambio climático y, también, la cantidad de carbono.

La resiliencia es la capacidad de los sistemas naturales o sociales para recuperarse o soportar los efectos derivados de una perturbación. La mayor resiliencia va desde la capacidad de adaptación, sustentabilidad, conectividad y diversidad , hasta la menor vulnerabilidad que se da en sentido contrario. 

Los bosques, la tierra (suelos), el agua, la energía y la producción de alimentos son cuestiones gravitantes para el desarrollo sostenible de una región; los que a su vez, generan fuertes tensiones, a nivel social, económico, ambiental y político-institucional.

Estas tensiones están dadas, principalmente, por la colisión de objetivos entre los aspectos estrictamente productivos y los de protección ambiental. Conciliar los intereses y objetivos entre la producción y la conservación del ecosistema son los desafíos estratégicos para consolidar y garantizar el Desarrollo Sostenible en la Región, la Provincia y el País.

 

Es indiscutible que la conservación de estos recursos naturales: Bosques, Tierra, Suelo y el Agua son relevantes a la hora de definir y planificar el desarrollo territorial sostenible de una Región; a su vez, los mismos, producto de la interacción antrópica, definen paisajes regionales que tienen un rol preponderante en la estrategia de conservación que, con una adecuada gobernanza de estos recursos, posibilitan consolidar el desarrollo rural sostenible.

En nuestra Provincia, la matriz eco-territorial de conservación está definida por más de una tercera parte de la territorialidad Provincial; la que se constituye, fundamentalmente, por el Sistema de Áreas Naturales Protegidas (SANP), bajo sus distintas categorías de conservación; el Área de Integral Conservación y Desarrollo Sustentable, denominado Corredor Verde y el Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos (OTBN).

 

Dato:

Sobre la Ley XVI Nº 105, en su actualización del OTBN, aprobada por Resolución Nº 265/17, determina una superficie de bosques de 1.612.558 has, conformada por la: Categoría I (Roja) 14,45%; Categoría II (Amarilla) 55,91% y Categoría III (verde) 29,63%.

 

Un dato que no se puede soslayar es que: en la territorialidad provincial -un poco más del 1% de la territorialidad Argentina- se encuentra la mayor biodiversidad del País y la mayor tasa de crecimiento poblacional intercensal (hoy ronda el 1.200.000 habitantes un alto porcentaje de su población son jóvenes).

Asimismo, en este contexto geográfico provincial se localizan unos 800 cursos de agua permanente, que configuran, aproximadamente, unas 98 cuencas hidrográficas.

El territorio productivo provincial es de 1.264.000 hectáreas (44,82% de la territorialidad rural). En función de los usos actuales de suelos 870.000 hectáreas están efectivamente ocupadas con actividades agropecuarios y forestales; entiéndase: forestaciones, yerbales, teales, cítricos, cultivos anuales y actividades pecuarias (ganadería – piscicultura); con una posibilidad de expansión de casi 400.000 hectáreas.

Lo descripto nos define un complejo y diverso mosaico territorial rural, en donde necesariamente se deben conciliar los intereses productivos con la protección del ecosistema paranaense, en un permanente desafío en materia de gestión pública para garantizar el desarrollo rural sostenible provincial.

Cabría preguntarse entonces cómo abordaremos la complejidad y diversidad de estos mosaicos territoriales rurales para ir conciliando los intereses socio-productivos con los de la protección ambiental a fin de consolidar el desarrollo rural sostenible.

Existen alternativas que para ello, como ser el enfoque del paisaje, que nos permite abordar esta complejidad y diversidad de mosaicos territoriales rurales conciliando intereses socio-productivos y los de protección ambiental.

 

¿Qué es el enfoque del paisaje?

Los ENFOQUES DEL PAISAJE, en los ámbitos científicos – académicos, surgieron como los medios principales para hacer frente a las crecientes presiones sobre la tierra, el agua, los bosques y otros recursos, de manera de acomodar las necesidades de las generaciones presentes y futuras; facilitan la elaboración simultánea de objetivos de desarrollo y conservación.

Proporcionan un proceso para dirigir la evolución de los paisajes hacia futuros deseables; buscan proporcionar herramientas y conceptos para asignar y administrar tierras a efectos de lograr objetivos sociales, económicos y ambientales en áreas donde la agricultura y otros usos productivos de la tierra compiten con los objetivos ambientales y de biodiversidad. Es la búsqueda de soluciones tendientes a conciliar los compromisos de la conservación y el desarrollo.

El organismo Subsidiario de Asesoramiento Científico y Técnico del CDB adoptó diez (10) principios de Enfoques de Paisajes, los que oportunamente (noviembre 2012) fueron presentados en la Conferencia de Partes del CDB en Hyderabad, India, los que a continuación se transcriben:

 

Principio 1 Aprendizaje continuo y manejo adaptativo:

Los procesos del paisaje son dinámicos, los cambios en los atributos del mismo deben informar a la toma de decisiones. Aprender de los resultados puede mejorar la gestión. La gestión adaptativa ha surgido como enfoques prácticos de este proceso de aprendizaje continuo.-

 

Principio 2 Punto de entrada de preocupación común:

Las soluciones a los problemas deben basarse en procesos de negociación compartida basados en la confianza. La confianza surge cuando se comparten los objetivos y los valores. Sin embargo, las partes interesadas tienen diferentes valores, creencias y objetivos. Identificar maneras inmediatas de avanzar, a través de los objetivos más simples a corto plazo, puede comenzar a generar confianza y a su vez un proceso de aprendizaje.-

 

Principio 3 Escalas Múltiples:

Numerosas influencias del sistema y retroalimentación afectan los resultados de gestión, pero estos impactos se desarrollan bajo la influencia de una diversidad de influencias y restricciones externas. Los resultados a cualquier escala son modelados por procesos que operan a otras escalas. Las influencias incluyen la retroalimentación, las sinergias, los flujos, las interacciones y los retrasos de tiempo. El conocimiento de estos procesos de nivel superior e inferior puede mejorar las intervenciones locales, informar políticas de alto nivel y gobernanza, y a su vez,  ayudar a coordinar entidades administrativas.-

 

Principio 4 Multifuncionalidad:

Los Paisajes y sus componentes tienen múltiples usos y propósitos cada uno de los cuales es valorado de diferentes maneras por diferentes actores. Muchos paisajes ofrecen una amplia gama de valores, bienes y servicios. El enfoque de paisaje reconoce las diversas compensaciones entre los bienes y servicios. Los aborda de una manera espacialmente explicita y ecosistémica que concilia las múltiples necesidades, preferencias y aspiraciones de las partes interesadas.

 

Principio 5 Múltiples actores:

Múltiples interesados estructuran y expresan objetivos de diferentes maneras. Las soluciones deberían abarcar una distribución justa de los beneficios e incentivos. Desarrollar un enfoque paisajístico requiere de un proceso interactivo que identifique a las partes interesadas y reconocer sus preocupaciones y aspiraciones. Requiere de comunicación necesaria, siendo esencial el respeto mutuo de los valores. Es necesario abordar los conflictos, las cuestiones de confianza y poder.

 

Principio 6 Lógica de cambio negociado y trasparente:

La confianza entre las partes interesadas es una base para una buena gestión y es necesaria para evitar conflictos. La transparencia es la base de la confianza y se logra  través de un proceso de cambio mutuamente comprometido y negociado. Es necesario acordar una visión compartida y aceptar la lógica general, la legitimidad y la justificación de un curso de acción, ser conscientes de los riesgos y las incertidumbres. Construir y mantener tal consenso es un objetivo fundamental.

 

Principio 7 Clarificación de derechos y responsabilidades:

Las normas sobre el acceso a los recursos y el uso de la tierra dan forma a los resultados sociales y de conservación y deben ser claros como base para una buena gestión. El derecho a la tenencia de la tierra es clave, como el acceso a un sistema de Justicia justo permite la resolución de conflictos. Los derechos y responsabilidades de los diferentes actores deben ser claros y aceptados por todas las partes interesadas. La clarificación de reclamos en conflicto requerirá cambios, idealmente negociados, que pueden ser legales o informales. Cuando surgen conflictos, es necesario que haya un sistema legítimo aceptado para el arbitraje, la justicia y la reconciliación.

 

Principio 8 Monitoreo participativo y fácil de usar:

La información puede derivarse en múltiples fuentes. Para facilitar el aprendizaje compartido, la información debe ser ampliamente accesible. Es necesario desarrollar sistemas que integren diferentes tipos de información. Cuando las partes interesadas hayan acordado acciones y resultados deseados, compartirán el interés en evaluar el progreso. En un enfoque de paisaje, ningún interesado único tiene una reivindicación única de información relevante, y la validez de diferentes sistemas de conocimiento debe ser reconocida. Todas las partes interesadas deben ser capaces de generar, reunir e integrar la información que necesitan para interpretar las actividades, el progreso y las amenazas. La recopilación e interpretación de la información es una parte vital del desarrollo y actualización de las “teorías del cambio” en que se basa el enfoque de paisaje.

 

Principio 9 Resiliencia:

La capacidad de recuperación a nivel del sistema puede aumentarse mediante reconocimiento activo de las amenazas y vulnerabilidades. Es necesario promover acciones que aborden las amenazas y que permitan la recuperación después de la perturbación a través del mejoramiento de la capacidad de resistencia y respuesta. Las perturbaciones afectan a todos los paisajes ya sea en sus estructuras sociales y ecológicas. Mantener y reforzar la resiliencia, que es la capacidad de evitar o desviar tales amenazas y absorber y recuperarse de sus manifestaciones, es vital para sostener procesos y beneficios a largo plazo. Los factores que contribuyen a la resiliencia del sistema son diversos y reflejan atributos ecológicos, sociales e institucionales.

 

Principio 10 Fortalecimiento de la capacidad de las partes interesadas:

La gente requiere la capacidad de participar de manera efectiva y aceptar varios roles y responsabilidades.

El Enfoque de Paisajes, en definitiva, es una herramienta de gestión, no un fin en sí mismo, que tiene que ver con cuestiones técnicas, jurídico-legales, administrativas, político-institucionales, socio-culturales, económico-productivas y eco-territoriales (ambientales). El éxito de una restauración del paisaje está dada por la participación multidisciplinaria y transdisciplinaria, en donde se involucren las ciencias sociales, biofísicas, económicas y ambientales; y por la institucionalidad del diálogo intrasectorial.

Los ingenieros forestales mucho podemos aportar en el enfoque de paisajes.

 

(*) Ingeniero Forestal

Vicepresidente del COIFORM

 

Bibliografía consultada:
*Acta Academia Nacional de Ciencias “Los diez principios para un enfoque paisajístico para reconciliar la agricultura, la conservación y otros usos competitivos de la tierra”. Editado por Kenneth G. Gassman Universidad de Nebraska – Lincoln – Junio 2012.-
 *Artículos varios de CIFOR – Latinoamérica.

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