La razón es simple: este martes el epicentro fue en Puebla, a unos cien kilómetros de Ciudad de México y la cercanía impidió que la alerta se activara a tiempo para permitir a la población tomar sus precauciones antes de la ocurrencia del sismo.
Las propias autoridades mexicanas desacataron una falla técnica.»Hay que recordar que ninguna alerta sísmica funciona para sismos tan cercanos», dijo al diario El País la jefa del Servicio Sismológico Nacional Xyoli Pérez Campos.
Carlos Valdés, director general del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), agregó además al mismo periódico que «la profundidad, tan baja, ha hecho que la propagación sea casi inmediata y que se haya sentido prácticamente a la vez que el movimiento fue detectado por los sensores».
Las alarmas permiten evacuar los altos edificios de la capital mexicana, las escuelas, ministerios y diversas oficinas. También se interrumpe la transmisión de radio y televisión.
Las alarmas otorgan un tiempo de entre 30 segundos y un minuto, antes que comience el movimiento, para permitirle a la población ponerse a resguardo.
El sistema funciona desde 1993, después del terremoto de 1985 en el que murieron más de diez mil personas.