Crimen en San Isidro: se determinó que Daniel Padilla no intentó robar en la casa donde lo estrangularon

De acuerdo con los elementos recabados por la Justicia hasta el momento, Daniel Padilla (16), estrangulado en una casa del barrio San Isidro de Posadas, no había entrado a robar en la residencia donde lo mataron, sino que fue presa de una reacción brutal de una persona con la que había tenido un entredicho.
Esa persona es el albañil Hermido Daniel López (53), único imputado que está preso por el caso. Este sospechoso y su novia, dueña de la vivienda donde sucedió todo, habían asegurado que el adolescente y sus amigos habían querido sustraer una moto que se hallaba en la propiedad.
Según pudieron reconstruir los investigadores, en base a testimonios y pericias, Padilla fue con un amigo a comprar cerveza a la casa de la pareja de López, donde funcionaba un kiosco no habilitado. Pero apenas entró a la propiedad (ingresó solo él) habría comenzado la tensión con el albañil, quien en ese momento se encontraba con el vecino Diego Silva (34).
La negativa a venderle la bebida habría desatado un cruce de insultos, hasta que el adolescente habría dicho que iba a tomar la moto allí estacionada para tirarla al piso. Allí empezó una pelea, en la que López y Silva lo redujeron y lo echaron al suelo.
El amigo de Padilla, que presenció la escena, quiso intervenir. Según fuentes del caso, entonces Silva salió a la vereda y empezó a pelear con ese muchacho. Incluso lo habría corrido casi una cuadra.
Mientras Silva se enfrentaba con el amigo, Padilla sufría una presión letal de López en el cuello. El albañil lo asfixió con las manos y también con el cinto de una riñonera.
Cuando Silva regresó de la calle, Padilla ya estaba muerto. Al rato allegados del fallecido rodearon la casa. Desde adentro habrían arrojado botellas para alejarlos. Pero apareció la Policía y todo se disipó.
A López lo imputaron como autor del delito de “homicidio”, castigado con penas de entre 8 y 25 años de cárcel. Silva, en tanto, fue sindicado como un “partícipe secundario”. Por eso consiguió que lo liberaran.
Después del hecho, la novia de López debió abandonar el barrio por temor a represalias. Días más tarde, la residencia fue incendiada en parte.