Un fallo que sentará precedente: condenaron a tres hombres a penas de hasta seis años de prisión por un secuestro virtual en Buenos Aires

El Tribunal Oral en lo Criminal Nº3 condenó a tres hombres que en marzo de 2015 realizaron un secuestro virtual en el barrio de Recoleta. A Rubén Omar Papandopoles (alias “Gano”) le fijaron una pena de seis años mientras que a Javier Mauricio “Milanco” Papandopoles Ivanovick y a Maximiliano Adrián “Poroto” Papadopulos le dieron una condena de cinco años y ocho meses, tal como había solicitado el fiscal Andrés Madrea.
Los tres hombres ya están detenidos: Rubén Omar Papandopoles, de 41 años, y Javier Mauricio Papandopoles, de 34, están en la Unidad 28 del Servicio Penitenciario Bonaerense mientras que Maximiliano Adrián Papadopulos se encuentra en la Unidad N° 35 del Servicio Penitenciario Bonaerense.
El 27 de marzo de 2015, cerca de las 4:55 de la mañana, la víctima recibió una llamada telefónica en su casa de Avenida Callao al 1700. Una mujer le dijo: “Mamá, necesito que me ayudes, estoy en problemas. Necesito dinero, ¿vos tenés algo en casa?” Fue entonces que la señora dijo que tenía veinte mil pesos y alrededor de nueve mil dólares.
Inmediatamente, un hombre tomó el teléfono y amenazó con matar a la joven mientras le decía que la situación “no era joda” y que su hija necesitaba la plata para pagar “una deuda muy grande de juego”. Le indicó que colocara el dinero en una bolsa y la dejara junto a un árbol en la vereda. Le dijeron que no cortara la llamada, que se prolongó por 39 minutos. En un momento, vio desde el balcón como se abrió la puerta trasera de un auto color negro y un hombre bajó, agarró la bolsa y volvió a subirse al coche.
Esta situación fue relatada por la víctima a los jueces Miguel Ángel Caminos, Gustavo Jorge Rofrano y Gustavo Pablo Valle, quienes consideraron que su testimonio fue claro y seguro, tal como lo había valorado la Fiscalía en su alegato. Para Madrea, las manifestaciones fueron “precisas y demostrativas de que guardaba un vívido recuerdo incluso del estado de temor y angustia que la situación causó en su ánimo”.
El Tribunal tuvo en cuenta, en línea con lo sostenido también por el Ministerio Público, los informes de las líneas telefónicas que utilizaban los acusados. Así, se pudo establecer que los movimientos registrados coincidieron con las acciones que se desarrollaron desde el llamado original. Precisó que Javier Mauricio Papandopoles se encontraba con Rubén Omar Papandopoles cuando llamó por teléfono a la víctima y fue el primero quien se dirigió hasta Recoleta, donde se encontró con Adrián Maximiliano Papadopulos, quien ya se encontraba en la zona. Durante toda la maniobra, Rubén Omar dirigió la situación.
Tanto los jueces como la Fiscalía tuvieron en cuenta un expediente en trámite en la justicia de San Isidro en el cual se los acusa de 27 maniobras similares llevadas a cabo entre enero y julio de 2015, coincidente con el episodio que se investigó en este juicio. En algunos hechos, incluso, se utilizaron las mismas líneas telefónicas.
La calificación legal utilizada fue la de extorsión, ya que el apoderamiento del dinero se produjo por el temor que le generaron a la víctima. Para los jueces, la intimidación recibida por medio de las amenazas obligaron a la mujer a darles el dinero por miedo a que le hicieran algo a su hija.
Para Madrea, se trató de una maniobra “preordenada, con organización de roles precisos y coordinados que delataban dedicación y práctica, al punto de lograr que el llanto simulado de la cómplice fuera lo suficientemente real para provocar convencimiento en la víctima”. Consideró como agravante, además, la importante suma de dinero que le robaron.
Los jueces tuvieron en cuenta que el hecho se produjo de madrugada con el propósito de aprovecharse del impacto que iba a producir un llamado a esa hora, así como también sostuvieron que los tres hombres no podían ignorar que se trataba de una señora de avanzada edad.

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