Visitando Lisboa y su cultura

Mi viaje tenía como objetivo participar de la  BTL Feria Internacional de Turismo Lisboa 2017. Fui invitada por el Embajador Oscar Moscariello, de la Embajada Argentina en Lisboa, quien en su gestión tenía el interés de mostrar nuestra cultura a través del Mate.

Una vez en la ciudad, y previo a mi presentación en la feria, tenía dos días libres para visitar esta maravillosa ciudad. Llegué un domingo, así que había coordinado con mi amiga Rita, quien iba a mostrarme la ciudad.

Lisboa está situada en la desembocadura del río Tajo (Tejo). El centro histórico se compone de siete colinas, siendo algunas de las calles demasiado empinadas para permitir el paso de vehículos; la ciudad se sirve de tres funiculares y un elevador (elevador de Santa Justa). La parte occidental de la ciudad está ocupada por el Parque Forestal Monsanto, uno de los parques urbanos más grandes de Europa con un área de casi 10 kilómetros cuadrados.

 

Esta ciudad es para algunos de origen griego, y para otros fenicio, siendo cuestión más bien basada en la leyenda, que en la evidencia arqueológica.Sus calles te invitan a caminar, pueden comenzar el paseo subiendo a la azotea del Arco de Rua Augusta,  para ver las primeras vistas de Lisboa. Este Arco te lleva luego a la Praça do Comércio (conocida por Terreiro do Paço), fue el terreno donde se asentó el Palacio Real de Lisboa durante más de 200 años.

Es una de las más importantes plazas de Lisboa, con una gran vista al estuario del Tajo, y es el centro neurálgico de la ciudad. De ahí pueden seguir caminando por el barrio hasta llegar a la Sé – Catedral, uno de los monumentos más emblemáticos de Lisboa. Es un edificio muy imponente, con torres que dan una idea de fortaleza.  La envió a construir Alfonso Henriques, primer rey de Portugal, en 1150, después de la conquista a los Musulmanes, y está construida sobre las ruinas de la principal Mezquita que había en Lisboa.

Pueden seguir hasta la Torre de Belén, que es un pequeño fortín construido dentro del Tajo por Francisco de Arruda, entre los años 1515 y 1519, para proteger el puerto de Restelo. Es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1983.

Para almorzar, recomiendo elegir alguno de los pintorescos restaurantes que se encuentran en este barrio,  donde también pueden escuchar “Fado”, la música típica de Lisboa.  El fado generalmente es cantado por una sola persona, acompañado por la “viola” (guitarra española) y la guitarra portuguesa. Los temas más cantados en el fado son la melancolía, la nostalgia o pequeñas historias del diario vivir de los barrios humildes.

 

Luego pueden seguir caminando y subir por el ascensor hasta el Castillo de San Jorge (en portugués, Castelo de São Jorge), monumento nacional desde 1910 y de origen árabe. Primitivamente conocido simplemente como Castelo dos Mouros, se yergue en posición dominante sobre la más alta colina del centro histórico, proporcionando a los visitantes una de las más bellas vistas sobre la ciudad y sobre el estuario del río Tajo, por lo que el gobierno portugués hace grandes esfuerzos en conservarlo.

El recinto del castillo cuenta con aproximadamente 6000 m². La edificación consta de varias torres y garitas, un foso y dos patios grandes.

 

Por la mezcla de aportaciones musulmanas, romanas, góticas, y fenicias, todos sus elementos están llenos de historia. Como el caso de la puerta de Martin Moniz, ligada por la tradición popular a la conquista cristiana de Lisboa en 1147.  El atractivo principal es La Torre de Ulises, es la más meridional, y tiene la puerta principal del Castillo. Luego pueden visitar la Torre Central, que vigila la comunicación entre los patios de armas. No se pierdan el atardecer desde la colina del Castillo, una experiencia única.

En el segundo día, pueden visitar el Monasterio de los Jerónimos, también conocido como de Santa María de Belém, se remonta a la época en que las playas del antiguo Restelo eran utilizadas como lugar de atraque de los barcos que llegaban y salían de Lisboa.  El espacio interior es imponente, por su amplitud y la luminosidad de sus tres naves. Se puede visitar la Sacristía y el Claustro, que es amplio y tiene un jardín dividido en cuatro partes, por dos paseos diagonales. Aquí yacen las cenizas del escritor Fernando Pessoa.  Alberga los museos Marítimo y de Arqueología, que se pueden visitar también.

 

 

Recomiendo darse una vuelta por la famosa Casa Pastéis de Belém para deleitarse con un pastel de Belém.Estos pastelillos son una de las especialidades más características de la cocina portuguesa. Son semejantes a los pastéis de nata (pasteles de nata). Tortitas de crema, de unos 8 centímetros de diámetro, y elaboradas según unareceta secreta que no ha sido develada en casi doscientos años.  Supuestamente, sólo tres personas la conocen en el planeta.

Se cree que fueron creadas con anterioridad al siglo XVIII por los monjes católicos del convento lisboeta de los Jerónimos. Como consecuencia de la revolución liberal portuguesa de 1820, pero en 1834 se cerró el monasterio. El panadero del convento, decidió venderle la receta al empresario portugués, Domingos Rafael Alves.

Pueden seguir el paseo hasta el Museo Nacional de Arte Antiguo, que estáinstalado en el Palacio de los Condes de Alvor o Palacio de la Janelas (ventanas verdes). Se trata de la mejor colección de arte de Portugal. Es un edificio barroco, que fue construido en el siglo XVII por encargo de Francisco de Távora. Luego fue comprado en  1884 por el estado, para albergar el Museo Nacional de Bellas Artes y Arqueología.

 

Otro atractivo de  Portugal es el azulejo, que es un elemento decorativo emblemático de este país. Podemos encontrarlos en el interior de las iglesias, en las escaleras de las mansiones, en el interior de los restaurantes y en el subte de Lisboa. Es un producto introducido por los árabes, pero el contacto con otras culturas enriqueció la artesanía del azulejo pintado. Convirtiéndolo en un atractivo nacional, y el mejor souvenir para el turista.

Pueden visitar el Museo Nacional Do Azulejo, el mismo está instalado dentro del Convento de Madre de Deus.  Es increíble como estimula los sentidos al visitar este lugar, pueden ver la evolución desde los primeros ejemplares árabes geométricos, pasando por el Mudéjar de los siglos XV y XVI y el clásico azulejo genérico blanco y azul de los siglos XVI Y XVII hasta los dibujos abstractos del siglo XX.

Después de este paseo, pueden almorzar o cenar en la famosa “Cervecería Ramiro” lugar recomendado por el mediático Chef americano Anthony Bourdain, quien en su paso por Lisboa,para su programa de TV “Sin Reservas”, pidió que le recomendaran un lugar bueno, bonito y sin estrellas Michelin, para comer la cocina típica de Portugal en Lisboa.

La curiosidad me invadía, junto al Chef de la Embajada de Argentina en Lisboa, y con una amiga nos dispusimos a almorzar en este lugar.Comenzamos saboreando en la barra un jamón Pata Negra 5J Sánchez Romero Carvajal,  con cerveza, mientras esperábamos a ser acomodados.

Luego,  ya en la mesa, el mozo nos fue recomendando platillos para compartir.  Nos deleitamos con ostras crudas de entrada, gambas al ajillo, carabineros,  navalheiras, Conquilha.  No podía faltar el codiciado percebe que tiene un pedúnculo carnoso protegido por una fuerte piel de color negro y mide unos 5 cm. de longitud por 2,5 de diámetro. Este crustáceo marino tiene una carne fibrosa, pero vale la pena probarlo. Para el final, Diogo (el Chef de la Embajada) no nos dejaba pasar al postre sin probar el clásico sándwich de lomo de Ramiro, sinceramente estaba al nivel de las buenos cortes argentinos.  Para beber habíamos elegido un vinho Verde Alvarinhode Portugal, un clásico maridaje que hay que experimentar.

 

Lisboa te invita a quedarte, te hipnotiza con esa mezcla de pasado, presente y futuro moderno. Até Logo Lisboa!

 

(*)  www.karlajohan.com.ar

 

 

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