El cambio como aliado de “la mejor versión de ti mismo”

¿Cuál es tu nombre? ¿Qué edad tienes? ¿Trabajas? ¿Estudias? ¿Eres feliz? ¿A qué clase social perteneces? ¿Cómo está tu salud? ¿Posees casa? ¿Hay problemas en tu vida?, ¿Compraste el coche que querías?… No importa la respuesta que des, seas quien seas, seguramente en algún momento de tu vida has estado insatisfecho con quien eres o con lo que estabas haciendo. Sin embargo, te quedas en tu zona de confort y te justificas diciendo “yo soy así”, “las cosas no van a cambiar”, “no tengo con quien hablar”…¿Cuánto tiempo más demorarás para darte cuenta que necesitas dejar de escuchar lo que pasa afuera, como también a tus justificaciones?

Si escuchas dentro tuyo, y tan solo una endeble y tímida vos quiere ser oída, es momento para que le prestes atención y que emprendas un camino en busca de aquello que quieres ser, del bienestar que deseas, de la felicidad que añoras, del equilibrio emocional perdido, del reencuentro familiar que tanto esperas, del éxito laboral, de la culminación de tu carrera universitaria, el abrazo de la persona que tanto quieres, o simplemente ser visto y escuchado.

No te voy a decir que es cosa sencilla, porque caeríamos en consejos fáciles y soluciones rápidas, que solo implicarán una modificación momentánea de tu vida, que no podrás sostener a largo plazo. Por el contrario te diré que supone un esfuerzo constante y una actitud clara y fuerte de querer alcanzar lo que te propongas.

Aceptar que la vida no es perfecta y que vos tampoco lo sos, te abrirá nuevas posibilidades. Reconocerte tal cual eres, afortunado o infortunado económicamente, emocionalmente, laboralmente, socialmente o familiarmente; saludable o enfermo; inmaduro, amoroso, inteligente, influenciable, inseguro, dependiente, cariñoso, irritable, ansioso, testarudo, alegre… Así, con lo que uno tiene y lo que no tiene, con lo que uno es y lo que uno no es, se parte en busca de lo que realmente vale la pena alcanzar, “la mejor versión de nosotros mismos”, en el ámbito de la vida que se te ocurra.

Intentar cambiar a las personas que te rodean o conviven con vos o a tu entorno físico, no habla más que de tu propio egoísmo y ceguera. Es común pensar que la culpa es del otro, que soy de determinada manera porque mi pareja me trata mal, porque mis padres no me entienden, porque mi jefe no me da una oportunidad. Yo te pregunto, ¿qué hiciste vos para modificar eso? Es más sencillo ser “víctima” que  “protagonista”. Podemos ser víctimas o protagonistas de nuestra propia historia, de nosotros depende la forma en que asumamos el desafío de vivir. Si tu pareja te trata mal, que haces para sostener eso? Si tu familia no te escucha ¿no será que podrías hablar de otra manera para que tu vos se oiga? Cuando uno realmente se propone darle brillo a su vida, los demás lo notan y son tocados por ese resplandor, “si tu cambias, el mundo cambia”.

No te voy a mentir, la motivación no es suficiente para generar una mejora. Puede ocurrir que estés atrapado en cierto entorno social que no te favorece la posibilidad de modificar tu ser y hasta te convenza de que debes ser de tal o cual manera. En ese caso amigo/a, lamento decirte que no eres protagonista de tu vida, eres víctima y te justificas y escondes detrás del deseo de otros, y que posiblemente no colaboren con la construcción de tu vida, sino más bien con la destrucción de la misma.  Puede ser que te cueste salir de donde estás, el cambio no es mágico, depende de tu compromiso y de saber que siempre hay una conversación por abrir, un pedido por hacer, a un amigo, a un padre, una hermana, un jefe, un terapeuta, una madre, un coach ontológico… una persona que esté dispuesta a acompañarte en este proceso de cambio, de aprendizaje, para alcanzar aquello que realmente quieres.

Somos lo que hacemos, nuestras acciones hablan de quienes somos. Los hábitos que hoy tienes están mostrando quien estás siendo hoy, y bien digo “hoy”, porque es posible construir una nueva manera de ser. Todo resultado siempre remite a una acción, que es generada por el observador particular que cada uno de nosotros es, del mundo que nos rodea. Si no estás conforme con tus resultados, con quien estás siendo en este momento de la vida, quizá simplemente tengas que cambiar tus acciones o quizá tengas que cambiar tú observador, tu forma particular de ver el mundo. En pocas palabras, hay algo que cambiar.

No esperes que las cosas cambien, ni  lleguen mágicamente, acepta tus limitaciones y tus fortalezas, escucha tu vos interior, abre conversaciones y haz pedidos a aquellos que pueden y eligen acompañarte en este camino por alcanzar “la mejor versión de ti mismo”.

Claudia Ríos & Asoc.      

 Psicología al servicio de su empresa

Lic. Claudia Ríos – Directora

Tel. 0376- 154685998

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