Hoy se celebra el Día del Ingeniero Forestal Argentino

Cada 16 de agosto se recuerda el “Día del Ingeniero Forestal Argentino”, una jornada en honor de los profesionales en la gestión, preservación y adecuación de un recurso tan importante como complejo: los bosques y su entorno.

La elección de la fecha de este día obedece al recuerdo del primer ingeniero forestal que se recibió en una universidad argentina y que ocurrió el 16 de agosto de 1962, cuando Héctor Reuter alcanzó el título en la entonces Universidad Nacional de Córdoba (actualmente esa Facultad depende de la Universidad Nacional de Santiago del Estero).

En el mundo, la primera escuela para estudiar y formar especialistas en ciencias forestales fue creada en 1811 en Tharandt, Alemania. A partir de entonces, otros países europeos enviaron jóvenes a estudiar a esta casa de Alemania, como el caso Agustín Pascual de España, fundador de la Dasonomía en ese país y que contribuyo luego a la formación de la Escuela de Ingenieros de Montes de Villaviciosa, Madrid, en el año 1848, la primera del mundo hispano.

 

En 1855, después de la primer promoción de 29 ingenieros se crea la Administración Forestal, que incorpora a estos profesionales, que distingue de los comisarios de montes antes existentes, diciendo que «no son agentes de las elecciones sino conservadores de los montes» (Gil Sánchez, 2007). En Europa, cada país posee por lo menos una escuela de Ingeniería Forestal. En América, la primera escuela fue fundada en 1895, en Baltimore, en los Estados Unidos.

 

En Argentina la carrera se inicia con la creación del Instituto de Ingeniería Forestal en la ciudad de Santiago del Estero, dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba, en 1958. Hoy esta unidad académica evolucionó en Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Santiago del Estero. A esta iniciativa pionera se le fueron sumando otras en distintos puntos del país, como la Universidad Nacional de la Plata, en la década de 1960 la Universidad Nacional de Formosa en 1973, la Universidad Nacional de Misiones, con su sede de Eldorado pocos años después, y desde 1988 en Esquel, dependiendo de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.

 

Desde que fue creada, la profesión se ha destacado por su responsabilidad mayor: la gestión, planificación o administración de los recursos naturales y a la conservación de la biodiversidad como áreas estratégicas del conocimiento que en los últimos años ganó aún más peso debido a la cuestión del calentamiento global y la legislación ambiental cada vez más rigurosa que busca preservar y garantir la conservación de la naturaleza.

 

El ingeniero forestal tiene que encontrar constantemente los caminos para que podamos abastecer a la sociedad de productos forestales de forma continua y ambientalmente correcta. Un ingeniero no ve un vaso medio lleno o medio vacío… lo ve excesivamente grande. Y esa visión es muy adecuada en muchas cosas de la vida, bosques incluidos.

 

 

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