Monseñor Martínez: «La avaricia es causa de muchos males y provoca insatisfacción»

El obispo de la Diócesis de Posadas presidió la misa central por los festejos de San Cayetano en la tradicional parroquia que lleva el nombre del santo y, durante la homilía, llamó a combatir «la sed insaciable por acaparar y tener» a través de la «providencia y trabajando por los demás».

Si bien en Misiones las celebraciones en conmemoración a San Cayetano arrancaron ya en las primeras horas de la mañana, la cita central en la capital provincial estaba pactada para las 17, con la misa que ofició Juan Rubén Martínez, obispo de la Diócesis de Posadas, en la parroquia que lleva el nombre del patrono del pan y trabajo del barrio Yacyretá.

Durante la homilía que celebró ante cerca de 2.000 personas, el prelado recordó la carta de Pablo a Timoteo en la cual le enseña sobre la avaricia. «No se puede tener a dos dioses, a Dios y al dinero. La avaricia es causa de muchos males para el que sólo quiere acaparar y tener. Lamentablemente, eso provoca una sed insaciable y mucha insatisfacción», indicó Monseñor Martínez, mientras que San Cayetano «entendió que Dios era todo su corazón y por eso vivió de la providencia y trabajando por los demás».

Una vez finalizada la misa central, el obispo de Posadas se mostró emocionado por llevar a cabo otra edición de «una fiesta muy querida y muy importante para nuestra gente, que viene trabajando durante todo el día y participando; agradeciendo y pidiendo trabajo» y resaltó la masiva concurrencia a pesar de tratarse de un día lunes.

Entre pedidos y agradecimientos, miles de feligreses veneraron a San Cayetano

Mientras que para algunos se trata de una cita regular en el año, para otros fue la primera vez: lo cierto es que, entre los miles de asistentes, eran varias las razones que los movilizaron a acercarse a la parroquia este 7 de agosto.

«Vine a agradecerle por la salud, a pedirle por mi hijo y por una hermanita que está postrada en la cama», explicó una de las asistentes, quien dijo que siempre se acerca al mismo establecimiento junto a su hermana porque el santo siempre le cumplió: «Tengo un San Cayetano grande en casa y le mandé a hacer una capillita».

«Es la primera vez que vengo, a dar gracias por el trabajo de mis hijos y a pedir para mi hija, que es la única que está desocupada», contó otra mujer que estuvo presente.

Pero no se acercó sólo gente de Posadas, sino que también hubo personas que viajaron especialmente desde diferentes lugares de la provincia: «Vengo de Candelaria todos los años, a pesar de tener la capilla al lado de mi casa. Siempre le vengo a agradecer todo lo que me da y me brinda».

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