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Nutrición: aprender a comprar para comer más sano sin gastar de más

Mantener una alimentación balanceada y saludable está determinada por muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, y,la compra de los alimentos es sin dudas un factor de gran importancia, ya que determina lo que vamos a comer en la semana, quincena o mes, según la frecuencia con la que vayamos al supermercado.

Muchas veces escuchamos decir que comer de manera saludable resulta más costoso económicamente, lo cual termina influyendo negativamente en nuestra selección de alimentos. No obstante, si aprendemos ciertas estrategias para la hora de realizar las compras, podemos notar que este concepto es más que nada un falso mito, pues podemos lograr mejorar la calidad de nuestra dieta sin gastar exageradamente.

Hoy les sugiero algunas recomendaciones para comprar alimentos más saludables:

  1. Planificar: Es muy importante prever qué se va comprar antes, qué se necesita, qué menús vamos a cocinar y hacer una lista con los ingredientes y alimentos más saludables que solemos incorporar. Llevar la lista al supermercado es una herramienta que nos va a ayudar a no olvidarnos de algún alimento y a no llevar la atención a otros, que no deseamos consumir.
  2. Ir a comprar sin hambre: suele suceder que si vamos al supermercado con hambre acabamos llenando más el carrito y de alimentos que realmente no necesitamos. Papas fritas, galletitas y panificados son los alimentos que más apetecen cuando tenemos hambre. Entonces cargamos con alimentos ricos en grasas, sal y azúcar.
  3. Ir a ferias francas, verdulerías y fruterías: muchas veces la clásica excusa para no comer frutas y verduras es el precio de las mismas. Suele suceder que en los supermercados son más elevados que en las verdulerías; y en nuestra provincia contamos con ferias francas, donde los productores nos ofrecen productos frescos y de primera mano, por lo tanto,son más baratos y más sanos.
  4. Leer los rótulos: sin llegar a la obsesión por contar calorías, es un buen ejercicio leer las etiquetas de los envases, en las mismas podemos observar características como ingredientes, cantidades, aporte de nutrientes esenciales de productos enriquecidos, por ejemplo con hierro, calcio, omega 3, fibras, etc. como así también nos permite elegir productos descremados, reducidos en azucares, aptos para celiacos, diabéticos, bajos en sodio, etc.
  5. Evitar, en lo posible, productos listos para consumo o que solo requieran cocción, especialmente frituras. Siempre que podamos optar por las preparaciones caseras deberíamos hacerlo, ya que nos permite elegir qué ingredientes y cuánto vamos a utilizar y cómo vamos a cocinarlo. Si el ritmo de vida te deja poco tiempo para la cocina, recordar que no hay comida más rápida que las frutas y verduras frescas que pueden acompañar las carnes, arroz, pastas, etc.

Es importante realizar un balance o, una relación costo-beneficio, a la hora de las compras, entre los alimentos que nos brindan mayores beneficios para la salud y aquellos que deberíamos reducir su consumo, que, incluso cuestan más que los saludables. Está en nosotros hacer el intento por mejorar nuestra calidad de vida, priorizando lo que nos ayuda a lograr este fin, poniendo siempre en primer lugar a la salud.

Lic. Romina Krauss

M.P.n°147

 

 

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