Berta Hauer, la costurera detrás de los vestidos de las colectividades en la Fiesta del Inmigrante

Tiene setenta años y hace ya cinco que se encarga de darle color a las reinas y los ballets del festival. En la edición 2015 su trabajo fue galardonado por el jurado y desde entonces, cada vez que se acerca el mes de septiembre, trabaja sola «desde las 7 de la mañana hasta las 12 de la noche» para vestir a las colectividades.

Berta Hauer recibe a sus visitas en su taller rodeada de telas y cintas métricas, donde más cómoda se siente. A los 12 años descubrió su afición por la costura, pasión que cultivó hasta convertirla en su profesión. Su trabajo se centra principalmente en vestidos para novias y cumpleaños de 15, aunque desde hace cinco años pasó a convertirse también en una de las responsables más importantes de las vestimentas de las colectividades en la Fiesta Nacional del Inmigrante.

«Empecé con la colectividad checa, trabajando primero para el ballet de ellos y luego surgió para que le haga a la reina», relató Berta sobre la casa que le abrió las puertas de la fiesta y con la que trabaja desde entonces. Con el tiempo, «se fue corriendo la bolilla y ampliando la clientela». Para este año, además de la colectividad checa, diseña las vestimentas de la brasileña y los nórdicos.

El aumento en el requerimiento de sus servicios llegó hace dos años, luego de que el vestido que había creado para la reina checa ganara el premio a mejor traje típico.  «Esa noche yo estaba sola mirando la tele y eran como las 12:30. De repente dijeron: ‘¡La checa!’ y pegué un salto sola. Estaba re feliz, es una satisfacción para mí ver mi vestido en todos lados», recordó Berta, emocionada.

Hoy, la mujer de 70 años tiene cada vez más trabajo y ya tiene una metodología de trabajo aceitada: «Ellos me traen todo, con fotos y de ahí yo diseño el modelo, le saco las medidas a las chicas y voy haciendo una por una», comentó Berta, quien por estos días está «a full»: «Ni duermo ya. Empiezo a las 7 de la mañana, paro un ratito para cocinar y después sigo hasta las 12 de la noche, o más tarde. A veces ni mate tomo».

No obstante, y a pesar de realizar todo el trabajo sola, Berta no pierde la sonrisa: «Tengo todo ocupado hasta fin de diciembre. También hago comidas, hago tortas, hago peluquería, no le mezquino a nada».

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