La siesta en algunos lugares del mundo es mucho más que un simple momento de descanso para recargar las pilas y seguir con todo en un día ajetreado: es sinónimo de tradición, en especial en algunas ciudades y pueblos argentinos, donde comunidades enteras paran absolutamente durante unas horas para un merecido e impostergable momento de sueño.
Sus beneficios están extensamente comprobados por la ciencia: ayudan a la salud e incluso activan la memoria. Sin embargo, en los centros más cosmopolitas, la siesta se vuelve un hábito imposible debido a las exigencias laborales, a la vorágine frenética. Pero, en España decidieron sumarse a las tendencias mundiales del wellness y unos astutos emprendedores crearon el primer nap bar del país: Siesta & Go.
Siesta & Go es un novedoso bar que ofrece un lugar donde poder descansar como uno quiera en sus tiempos libres. Muy común en otras ciudades como Nueva York, París, Londres, Bruselas o Tokio, ahora llegó a Madrid, y, tanto los locales como los turistas curiosos, ya se sumaron y esperan ansiosos el momento del día para acudir a este sitio.
«No todos tenemos la suerte de tener nuestra casa cerca del lugar de trabajo para poder acudir y descansar como queramos en nuestros tiempos libres», cuentan en su sitio oficial. «Por ello, Siesta & Go es el primer centro de España, situados en Azca en el corazón financiero y comercial de Madrid».
Para dormir la siesta, este bar ofrece distintas opciones que se adaptan a los gustos de los clientes. Uno puede ir a sentarse en una butaca con reposapiés, leer un buen libro, echarse una siestita en una cama como si fuera la suya, conectarse a internet. Además, prestan los diarios del día, tablets, y hasta cargadores para smartphones. También se dispone de mesas de estudio.
Sin cita previa, uno puede quedarse todo lo que quiera. Se cobra desde el minuto que uno entra hasta el que sale, siempre con 5 minutos de cortesía. Disponen de promociones mensuales, y de bonos más económicos. Hay habitaciones privadas y compartidas, por minuto o por hora, y los precios van desde los 8 euros (una hora en una cama en habitación compartida) a 14 euros (una hora en habitación privada).
Cada visitante cuenta con un set de sábanas individuales recién lavadas. Y no hay que tener miedo a quedarse dormido o acordarse de poner la alarma, ya que los empleados despiertan al cliente al horario predeterminado -si lo hay-. Hay wifi, café y servicios para guardar el equipaje. Abre de lunes a viernes de 11 a 7 de la tarde.
