Oposición venezolana conmemoró en las calles los 100 días de protestas

Las protestas antichavistas en Venezuela cumplieron 100 días, y la opositora alianza Mesa de la Unidad Democrática (MUD) aprovechó la ocasión para volver a las calles de Caracas para mantener vivos los reclamos contra el presidente, Nicolás Maduro, el rechazo a su Asamblea Constituyente y la defensa de un referendo popular el próximo domingo para definir el futuro de la Constitución.

«En estos 100 días hay que rendirle honor a quienes han caído con la convicción de que Venezuela saldrá de la crisis. Llevamos 100 días no sólo enfrentando lacrimógenas, sino luchando contra la pobreza y la corrupción», sentenció la diputada opositora Marialbert Barrios frente a miles de personas que soportaron la lluvia, según el diario local El Universal.

La polarización sin fin que domina el país tiene su expresión más brutal y evidente en las calles de Caracas y de las principales ciudades venezolanas. Desde el comienzo de las protestas y tras una ola de represión gubernamental y ataques de ciudadanos que ni el oficialismo ni la oposición se adjudican, la Fiscalía general anunció 90 muertos y cerca de 1.500 heridos.

Tras el último anuncio de la Fiscalía, otro joven murió en una protesta en el interior del país.

En este contexto de violencia y tensión, la oposición eligió un día y un lugar cargado de simbolismo para la protesta de ayer: el aniversario del inicio de las manifestaciones callejeras contra Maduro y la Plaza José Martí en el municipio Chacao de Caracas, el lugar donde el preso más emblemático del antichavismo, Leopoldo López, se entregó a las autoridades el 18 de febrero de 2014, acompañado por una multitud de opositores.

La Justicia venezolana anunció el beneficio de prisión domiciliaria para López, quien estaba detenido en una cárcel militar desde 2014, condenado por incitación a la violencia. La noticia, lejos de aplacar los reclamos de la oposición, alimentó las críticas.

Por eso, una de las principales oradoras de la protesta en la Plaza José Martí fue la esposa del líder opositor y uno de los principales referentes del antichavismo en los medios internacionales, Lilian Tintori.

«No hubo negociación para que Leopoldo esté en su casa, fue una medida porque a Leopoldo lo torturaban en la cárcel militar de Ramo Verde», denunció inmersa en una maraña de micrófonos de periodistas.

«Fue una decisión unilateral del gobierno de Nicolás Maduro (porque) no se negocia la libertad, no se negocian los derechos humanos, no se negocia la dignidad, ni nuestra familia», agregó, según la agencia de noticias EFE, para despejar todos los rumores sobre una posible negociación con el gobierno de Maduro.

Tintori, además, agradeció a los miles de opositores que siguen saliendo a las calles para protestar y afirmó que «estos pequeños logros (por el arresto domiciliario otorgado a su esposo) se dan por la lucha de la gente».

Por ahora las autoridades venezolanas no explicaron por qué era necesario esta «medida humanitaria». Sin embargo, hoy el ministro de Información, Ernesto Villegas, deslizó un comentario en su cuenta de Twitter que pareció vincular la salida de la cárcel de López a la ola de rumores y versiones falsas sobre su muerte, que difundieron varios líderes opositores a principio de mayo pasado.

«Ahora su vida es responsabilidad exclusiva de su esposa y aliados», sentenció el ministro Villegas.

Mientras Tintori y la dirigencia opositora prometieron ayer seguir peleando por la libertad de López, ahora la gran batalla que tiene por delante el antichavismo es poder realizar el referendo popular que convocaron para el próximo domingo, para definir si la mayoría de la ciudadanía apoya o rechaza la iniciativa del presidente Maduro de elegir en las urnas una Asamblea Nacional Constituyente para reformar la Carta Magna, ya reformada y refundada por su mentor, Hugo Chávez.

«El compromiso es resistir y no entregar el país y eso pasa por la defensa de la Constitución», destacó en la protesta de hoy la joven diputada opositora, Barrios, y volvió a llamar a votar el próximo domingo.

Poco después, el vicepresidente de la Asamblea Nacional, Freddy Guevara, tomó el micrófono y pronosticó que el referendo del próximo domingo «se hará el acto de mayor desobediencia civil de la humanidad, en el que se le dirá a Maduro, entre otros aspectos, que el pueblo no quiere la Constituyente y que es necesario un gobierno de unión nacional».

La Mesa de la Unidad Democrática informó hoy que instalará al menos 1.933 centros de votación en Venezuela y otros en más de 220 en ciudades en el exterior para votar el próximo domingo.

Aún se desconocen muchos de los detalles de la votación y del alcance legal que tendrá. Por ahora la convocatoria del referendo sólo fue aprobada por el Poder Legislativo, controlado por la oposición.

Para despejar estas dudas y explicar cómo será fiscalizado el referendo, la alianza, que nuclea al grueso de la oposición antichavista, anunció para mañana lunes un «trancazo informativo» en todos los medios del país entre el mediodía y las 14 (de las 11 de la mañana a las 13 hora argentina).

Mientras la oposición impulsa el referendo, hoy fue el primer día de la campaña electoral para la votación que elegirá a los constituyentes el próximo 30 de julio, según propuso Maduro y aprobó la Justicia venezolana.

En algunas partes del país, como en la localidad de Cerritos Blancos de Barquisimeto, en el nordestino estado de Lara, el chavismo inauguró la campaña electoral con una masiva marcha por el centro de la ciudad.

La campaña proselitista durará un poco menos de tres semanas, hasta el 27 de julio próximo, apenas tres días antes de las elecciones que definirán la composición de la Asamblea Constituyente.

Mientras Maduro sostiene que una reforma de la Constitución puede «lograr la paz» en el convulsionado país, la oposición sigue pidiendo una convocatoria a elecciones generales adelantadas.

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